El OSINERGMIN,
organismo regulador del sector Energía y Minas, a través de una Resolución de su
Gerencia Adjunta de Regulación Tarifaria fechada 29-08-2012 publicó nuevas
Bandas de Precios de combustibles que excluyen a todas las gasolinas a nivel
nacional.
De esta manera se
devuelven temporalmente estos combustibles a lo que debería ser su situación
normal y legal, es decir con precios que se regularán por su oferta y demanda como
ordena la Ley Orgánica de Hidrocarburos y no por el regulador oficial y sus
intrincadas fórmulas.
Ya con anterioridad
había el OSINERGMIN excluido también las gasolinas de alto octanaje (98, 97 y
95 Octanos) que en conjunto representan apenas un 15.0% de las ventas totales
de gasolinas motor en el Perú y que se venden en un 87.6% en Lima, con una
escasísima penetración en provincias.
Indudablemente que
ahora el universo de gasolinas que participará en el libre ejercicio de la
oferta y la demanda será mucho mayor y ha causado preocupación en algunos
agentes del mercado que temen que las gasolinas suban incesantemente de precios
producto del libre mercado. Agreguemos a esto que gasolinas como la de 84
octanos es comercializada en un 87.1% en provincias donde el índice de
inflación en muchos casos supera al de la metrópoli. Algunos incluso opinan que
esto tendrá un alto impacto en la inflación interna; yo no lo creo.
La salida temporal del
mecanismo de “estabilización” de
precios resulta algo más que reglamentarista y poco ética pues debió darse ya a
inicios del mes de mayo 2012, cuando los precios de referencia se encontraban a
la baja, como producto de la estacionalidad en el mercado norteamericano. Las
fórmulas del regulador habían determinado que la gasolina de 90 octanos
(utilizada 50.1% en provincias), aportara al Fondo hasta 1.69 y la Gasohol 90 igualmente
aportara hasta 1.71 Nuevos Soles por Galón. Cuatro meses ha durado esta
aportación que impidió la baja del precio al público y cuando se suponía que
deberían ser nuevamente compensadas mediante subsidios el regulador decide su
exclusión de la Banda de Precios.
La pregunta es ¿No era
cierto entonces que el Fondo de Estabilización era un mecanismo que evitaría
las alzas bruscas? En la práctica como ha quedado demostrado se aprovecha de la
baja internacional de precios para cobrar y no subsidia cuando debería hacerlo.
Razones más que suficientes para ratificar en la tesis que sostengo desde hace
muchos años que este mecanismo no es bueno para el mercado. De no haber
existido, el mercado nos hubiera permitido gozar en los últimos 4 meses de
precios a la baja y registrar disminuciones promedio de precios de hasta 2
Nuevos Soles. Con la vigencia del “subsidio” el precio de las gasolinas no bajo
y ahora empezarán a subir. Sin embargo por estacionalidad los precios en el
mercado de referencia bajarán a partir del mes de octubre.
Los fantasmas de
incrementos bruscos de precios y elevaciones derivadas deben ser definitivamente
exorcizados. Si tomamos los precios al por menor en el mercado interno de los Estados
Unidos, que se fijan por la oferta y la demanda, veremos que en los últimos
trece meses (agosto 2011/agosto 2012), en efecto han tenido alzas y bajas pero
el diferencial más amplio de precios ha sido como máximo de 1.55 Nuevos Soles/Galón,
menor incluso al que se nos sobrecarga a través del Fondo.
Un detalle más que deseo
resaltar es que debería desaparecer cuanto antes en el mercado peruano el
enorme diferencial de precios que existe entre la gasolina de menor octanaje y
la de máximo (producto de las distorsiones creadas artificialmente y
consentidas por el regulador), y que llegó hasta los 5.29 Nuevos Soles por
Galón en Abril de 2012 en que un galón de 97 octanos se vendió un 40.3% más
caro que otro de 84 octanos. En el mercado de los Estados Unidos, el consumidor
pagó un diferencial de precios como máximo de entre 0.33 y 0.76 Nuevos Soles por galón entre el más
alto y más bajo octanaje.
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