martes, 26 de diciembre de 2006

Precios de Referencia para los Hidrocarburos

Invitado por el Ing. César Gutiérrez, Presidente de Petroperú, asistí el martes pasado a un foro sobre los precios de los hidrocarburos en el Perú en el Swiss Hotel. Como sabemos, éste es uno de los temas más polémicos en nuestro medio y casi nunca ha sido tratado públicamente. Es más, que recuerde, es la primera vez que se reúnen líderes de opinión, periodistas especializados de RPP, El Comercio y El Correo, junto con políticos, empresarios y los consumidores representados por ASPEC. La convocatoria de nuestra petrolera estatal es digna de saludo y obedece, queda claro, a la vocación de transparencia de su Presidente. Es algo que muchas veces reclamamos y que felizmente vemos concretarse, esta vez por la preocupación de Petroperú y el apoyo de Petrobrás.

La presentación principal estuvo a cargo del Ing. Gutiérrez, sostenida con información técnica de mayor detalle por el Ing. Jaime Santillana, Gerente de Mercado Externo de la estatal. La intervención del Ing. Luis Espinoza, del OSINERG fue a título personal aunque sabemos es la vigente en el regulador.

De la presentación del Presidente de Petroperú rescato su interés en demostrar que las variaciones temporales o estacionales del precio del crudo WTI no tienen mucho que ver con el precio del crudo adquirido por las refinerías de la estatal ni con los de los productos derivados. Creo que la lección ha sido objetiva como para que no se repitan en el medio los comentarios de algunos consultores o gente de prensa que ante cualquier baja del WTI ya especulan sobre lo que deberían bajar los precios internos. Recordemos que no faltan comentarios como que “hacen tres días que baja el crudo en el mercado internacional y en el Perú no pasa nada”. También sirve para que representantes de Petroperú no justifiquen la variación o no de sus precios en el precio del crudo.

El mensaje claro es que para comentar de precios internos debemos esforzarnos más y referirnos no sólo al crudo sino también al precio internacional del GLP, las gasolinas, el Diesel, y los residuales. Un poco más de trabajo, pero necesario como para reconocer que se trata de opiniones de respeto.

Referirse al precio del crudo sería necesario si es que en nuestro país utilizáramos diariamente criterios como el del margen de refinación, que dicho sea de paso apenas fue tocado pero sin información de sustento.

Para Petroperú, en opinión de su Presidente, el regulador no tiene un buen cálculo del precio de referencia señalando lo diferente que son los costos para Petroperú de este precio “ideal”.

El Ing. Espinoza se refirió principalmente a las características del Fondo de Estabilización de Precios de los Hidrocarburos para indicar que existe un enorme problema en la fijación de los límites superior e inferior de los precios de referencia. Como sabemos, en casos como el del GLP se le fijan límites tan amplios que en la práctica nunca se justifica un incremento de precios. La legislación permite este abuso. La propuesta de reducir los límites de las bandas y el ejercicio con lo que hubiera pasado el 2006 si estas fueran más racionales es una posición que comparto y que reduciría el esfuerzo de caja de las refinerías así como alejaría el manejo político de los precios conforme se viene presentando en la actualidad. Igualmente comparto que las listas de precios de Petroperú muestren no sólo el precio ex planta sino también el aporte/desaporte al Fondo de Estabilización para mayor conocimiento de la opinión pública.

El Ing. Santillana, creo que representa el amplio back up de información de los técnicos de Petroperú que por lo demás se esfuerzan en señalar que hacen su trabajo con total transparencia y que los resultados de sus concursos se pueden consultar en www.aduanet.gob.pe

Suficiente también la explicación del porque no se compran crudos de algunos proveedores que a simple vista podrían parecer los más adecuados, así como la invitación para asistir a un concurso de importación. Una buena ocasión igualmente para detallar su discrepancia con el precio de referencia OSINERG aunque está demás a mi entender.

Por el lado de ASPEC creo que traduce exactamente lo que piensan los consumidores de este importante tema. Para ellos no se encuentra ventaja en el hecho de ser productores, si no se refleja en los precios. Igualmente no se explica el por qué vender en el mercado local a precios de importación. Puntos básicos que requieren de respuestas de sustento suficientemente convincentes y técnicas que deben seguirse buscando.

Un tema adicional planteado por el Ing. Gutiérrez es el referido a la necesaria atención que debe darse al problema del déficit de producción nacional de GLP que se estima ya se esta dando en las operaciones y no espera al 2007. En mi opinión, Petroperú hace bien en preocuparse y debe seguir promoviendo la atención de los problemas importantes para el país buscando consensos con los otros productores e importadores pues, a pesar que no está en su función oficialmente escrita, tendrá finalmente que cargar con la factura de la atención del déficit vía importación si no se llega a solucionar oficialmente el problema y se desean tener precios por debajo de la paridad de importación. Y esta función resulta necesaria pues los agentes del mercado no tienen la seguridad que si importaran directamente y hubiera que subir los precios no les salga Petroperú vendiendo a precios por debajo de los de importación, como ya hizo años atrás.

En resumen una buena iniciativa la de Petroperú que nos indica se repetiría a mediados de enero y que esperamos continúe cada vez con mayor entusiasmo pues aporta transparencia que es uno de los derechos de los consumidores.



lunes, 18 de diciembre de 2006

El salario del miedo - IIa Parte


A raíz de nuestro comentario de la semana pasada sobre la autorización de la Contraloría General de la República al Procurador Público a cargo de sus asuntos judiciales, para que en nombre y representación del estado peruano, se apersone ante las instancias pertinentes e impulse las acciones legales contra funcionarios de Petroperú S.A. en torno a la comercialización de Turbo Jet A-1 (Turbo), por las que se habría producido una defraudación, dejando de cobrar impuestos por 17.4 millones de US$, he recibido algunas llamadas telefónicas y correos electrónicos con opiniones de lo más diversas.


Todas las observaciones de mis lectores coinciden en señalar su conformidad con el fondo del asunto, es decir en lo problemática (para no decir imposible), que resulta para una empresa estatal que debe participar en un mercado comercialmente tan competitivo como el de los hidrocarburos, el poder hacerlo con libertad y sin el temor de sus funcionarios a la “bendita auditoria” que no previene sino que está al acecho para llenarnos de solicitudes de informes y detalles de lo actuado, para decir con quien nos entrevistamos, “por que no se previó”, siempre ex post , cuando es más fácil. Agréguese a ello la frondosa exigencia de trámites para poder, por ejemplo adquirir repuestos de emergencia para una refinería, una bomba de oleoducto, etc. Además podrían cambiar las exigencias pero el personal ha adoptado la cultura del miedo y seguirá poniendo exigencias y se cubrirá las espaldas (por si acaso).


Nosotros incidimos en nuestra nota en la función comercial de la petrolera estatal pues ésta es y debe ser como ninguna otra actividad petrolera de iniciativa, creatividad e innovación, pues el mercado es permanentemente cambiante e igualmente las exigencias de los consumidores son cada vez mayores.


El control, que por lo general ha sido abusivo e irracional y completamente distinto al que se acostumbra en la empresa privada, ha impuesto reglas absurdas en la labor comercial de las empresas públicas, algo así como el código de conducta de todo funcionario comercial que quiera pasar sin riesgo sus años antes de jubilarse y que resumo sin que diga que todas se aplican en Petroperú en las siguientes:

  1. Venda con cero riesgo. Es posible que las autoridades no hayan contemplado todos los candados para la venta ilícita. Mejor no venda o que lo haga su Distribuidor o su competidor.
  2. No crea en su cliente; Todos son iguales, se las saben todas y son unos pillos. Igual le van a sacar la vuelta. No podría ninguno de ellos ser un socio.
  3. No se reúna con sus competidores. Ignórelos. Ellos no saben nada del mercado. Además podrían acusarlos de concertación. ¿Para que exponerse?
  4. No cree nada. Siempre se ha hecho así. ¿Para que complicarse la vida? Hubo antes uno que cambio el procedimiento y “le cayó la auditoria”.
  5. Cubra toda su gestión comercial con garantías bancarias (e incluso no le reciba a cualquiera de ellos ni de cualquier Banco). Tampoco se complique la vida con garantías hipotecarias, ni menos con fianzas personales. NO, no cometan ese error.
  6. No resuelvan nada. Menos “para ayer”. Si se reúnen con su cliente, de todas maneras pídanle una carta explicando todo y se la pasan a su jefe. Mejor si se la pasamos al Directorio.
  7. Exija todo por carta (nada verbal ni por E Mail). Vaya haciendo su archivo personal para que lo acompañe en el closet de su casa por algunos años. Saque copia fotostática de todo lo que firme.
  8. No otorgue crédito en Soles (por el riesgo de cambio).
  9. Los contratos son sólo por adhesión. No hay nada que negociar. Lo más importante son las cláusulas de protección jurídica. ¿Qué otra cosa podremos agregar esta vez para protegernos?
  10. Exija todo y no de nada. Si se compromete a algo, use el potencial entregaría, vendería, debería, podría, privilegiaría. Inserte una cláusula por la que deja de hacer todo lo que se comprometió sin ninguna penalidad.
  11. Exija que sólo le compren a su empresa cualquiera que sea su actuación: “compra exclusiva”. Como en algún momento puede no tener producto para vender, cúbrase y coloque en los contratos una clausula para que sus clientes no tengan nada que reclamarle y para que se puedan zafar de la obligatoriedad “temporalmente”. No pasa nada. Irán al competidor en la crisis y después regresarán.
  12. Niéguese siempre. Usted es muy importante para estar disponible. Instruya a su Secretaria para que permanentemente diga que esta en reunión; que le pregunte al cliente que es lo que quiere y lo derive a un nivel inferior donde tampoco decidirán nada.
  13. No cometa el error de colocar el número del celular en sus tarjetas comerciales. Los clientes fastidian mucho.
  14. Celebre todos los feriados, incluso aquellos para los empleados públicos. Los feriados largos se han hecho para fomentar el turismo. Allá los clientes que trabajan de lunes a sábado. Por si acaso dejemos un junior unas horas los sábados
  15. Nunca se reúna con sus distribuidores. ¿Qué les podría ofrecer? Seguro que le van a pedir una ampliación de crédito.
  16. Nunca de una opinión con sustento técnico. No lo van a entender. Mejor cúbrase no más.
  17. Cuando ya no le quede otra y tenga que poner su firma salga de vacaciones. Bastan unos días. Déjele la responsabilidad al que lo reemplaza.
  18. ¿Qué es eso de agregar valor a la cadena? No lo se.
  19. Nunca declare nada en público. Menos aún no comente nada, ni siquiera las que considera buenas ideas con sus colegas porque podrían irle mal.
  20. Ponga su mejor sonrisa la semana antes de Navidad. Los clientes buenos siempre “se portan”. Total todo el año trabajamos para ellos y "no se dicen nada".

Nota:
Accedo a una corrección en el sentido que en mi comentario anterior había señalado que los contratos con los Distribuidores Mayoristas se hicieron basados “en todos los casos” en autorizaciones oficiales del Ministerio de Energía y Minas. Es posible que existan Contratos, que no conozco, en los que no se haya incorporado como requisito previo para su suscripción la Constancia de Registro de la DGH. Adicionalmente debo dejar constancia que la DGH otorgó los Registros en base a contratos de suministro que habían suscrito los Mayoristas con importadores y Petroperú. Debe señalarse que la legislación generaba el problema del huevo o la gallina ¿quién es primero?, pues Petroperú exigía a sus potenciales Distribuidores su Registro DGH y a la vez también la DGH pedía un contrato de suministro con Petroperú y había que resolver.


Creo que la tesis que Petroperú nunca estuvo obligada comercialmente a firmar contratos con Mayoristas no es correcta. Ese es el problema de la empresa estatal. No tenía ningún motivo para negar oficialmente la venta ni para suscribir contratos cuando la legislación vigente no lo prohibía. Petroperú opuso inicialmente resistencia a la venta mayorista de un producto de tan delicada manipulación (hidroscópico), como el Turbo pero esta negativa y preocupación técnica se tomaba como el celo puesto para no perder ventas directas. Una enorme falla por el afán de control fue también incorporar la exigencia a sus Distribuidores de hacerles llegar las facturas que ellos generaban cuando de esa manera supuestamente se asumía una responsabilidad por la verificación de la autenticidad de las mismas, y hasta para verificar el destino final (yo no tengo muy claro que esa responsabilidad exista para el productor que vende “ex Planta”, sino más bien para el regulador).


El corolario de este asunto debería ser que se haga la investigación judicial sin apasionamiento y con criterio técnico asistido por especialistas y que en paralelo se encuentren los mecanismos urgentes para dinamizar la labor comercial.






lunes, 11 de diciembre de 2006

Gerente de Petroperú o el Salario del Miedo

La Contraloría General de la República publicó este viernes 1 en el diario oficial El Peruano su Resolución Nº 360-2006-CG mediante la cual autoriza al Procurador Público a cargo de sus asuntos judiciales, para que en nombre y representación del Estado peruano, se apersone ante las instancias pertinentes e impulse las acciones legales correspondientes como resultado de presuntas irregularidades entre octubre del 2002 y el 2004 en torno a la comercialización de Turbo Jet A-1 (Turbo), derivadas de las cuales se habría defraudado al Estado dejando de cobrar impuestos por 55´910,439.43 Nuevos Soles (1US$=3.22 S/.)

¿Los presuntos responsables? 2 Presidentes de Directorio, 2 Gerentes Generales, 2 Gerentes del Area de Comercialización, 1 Gerente del Departamento Legal, 2 Gerentes de Ventas y otros 2 funcionarios de Petroperú S.A. que vendieron Turbo a Mayoristas. Afortunadamente no publican sus nombres pues para el común de la opinión pública no existe la palabra presunto.

Para mayor información de nuestros lectores señalaremos que el Turbo y el Kerosene son prácticamente lo mismo, cotizándose internacionalmente como Kero/Turbo. La diferencia era que en el mercado interno el Kerosene (para uso doméstico), pagaba Impuesto Selectivo al Consumo (ISC), y el Turbo (para uso aeronáutico), no. El 2002, el monto del tributo se incrementó de 0.25 a 0.44 US$/Gln (77% de aumento en dólares); el 2003 promedió 0.54 y el 2004 siguió creciendo al promedio de 0.62 US$/Gln. En total un exagerado aumento de 148% en el ISC. Demás está decir que en esta condición, de por sí antitécnica para la administración tributaria, la tentativa de defraudación estaba cantada.

Los delitos por los cuales se acusa a los funcionarios de Petroperú son comercio clandestino de productos, asociación ilícita para delinquir, omisión de actos funcionales, colusión, negociación incompatible con el cargo, tráfico de influencias, falsificación de documentos, falsedad ideológica y falsedad genérica, todos ellos considerados en el Código Penal con pena privativa de libertad así como con el pago de los tributos dejados de cobrar.

La misma edición del diario oficial, presenta igualmente el mismo caso para 4 funcionarios de la Dirección General de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas (DGH), que autorizaron la venta a 5 distribuidores mayoristas “de conformidad con las disposiciones legales vigentes”, extendiéndoles Constancia de Distribuidor e informando como ente normativo a Petroperú que los ahora Mayoristas comprometidos tenían autorización para comercializar Turbo. En este caso, amparado en el D.S. 018-2002-EM, el Sr. Ministro de Energía y Minas aprueba la R.M. 570-2006-MEM/DM autorizando para que se contrate, exonerándose del proceso de adjudicación directa selectiva y como servicio personalísimo por 60,000 Nuevos Soles la defensa legal para sus funcionarios. El D.S. en mención señala que por la naturaleza de sus funciones y la jerarquía de sus cargos, los funcionarios y servidores públicos de cierto nivel realizan actos, toman decisiones u omiten acciones en el ejercicio regular de sus funciones por las cuales podrían verse inmersos en procesos judiciales; por ello la justificación de asumir el costo de la defensa. Igualmente establece que en caso la justicia establezca la responsabilidad de los mismos deberán reintegrar los gastos inicialmente asumidos por el Estado.

He aquí donde encontramos una injusta aplicación del derecho por cuanto los gerentes de una empresa pública como Petroperú no dejan de ser funcionarios públicos, en la medida que manejan recursos del Estado (propietario del 100% de sus acciones) e igualmente y en mayor intensidad también realizan actos, toman decisiones u omiten acciones para gerenciar su actividad en un mercado de enorme competencia y sujetos además a una serie de presiones de quienes creen que la empresa pública está para servirlos y que en ella no existen funcionarios decentes. ¿Por qué pues entonces cubrir la defensa de unos y no la de otros?

La investigación hasta el momento ha tomado ya 34 meses, período en el cual la empresa estatal se ha sumido en la inacción y el miedo, en la que pocos quieren asumir una gerencia o responsabilidades mayores, en la que cada vez se incorporan más y más procedimientos burocráticos para “cubrirse las espaldas”, haciendo que la gestión comercial sea prácticamente inexistente pues nadie asume riesgos, promueve negociaciones, ni tampoco innova o aplica creatividad cuando tiene sobre sus cabezas la espada de Damocles de la auditoria o de la denuncia penal. En esas condiciones los esfuerzos de una nueva administración poco o nada podrían hacer para resucitar la organización de nuestra petrolera y, mucho menos, volverla competitiva y rentable.

De lo que personalmente he estudiado del caso, entiendo que la responsabilidad de los funcionarios de Petroperú es inexistente pues los contratos con los Mayoristas se hicieron basados en todos los casos en autorizaciones oficiales del Ministerio de Energía y Minas y en respuestas favorables a consultas (innecesarias desde mi punto de vista), hechas por la petrolera. Esta gestión como es lógico contó con la visación de su asesoría legal y adicionalmente no se pagó a los Mayoristas comisiones de distribuidor a las que habrían tenido derecho como canal intermediario. Mantener involucrados a los funcionarios de Petroperú obedecería más bien a intereses mezquinos que a razones técnicas.

La tarea comercial de Petroperú es una labor que debería desempeñarse como se desempeña en cualquier otra empresa privada competidora, sujeta sólo a objetivos de venta y metas de gestión pues de lo contrario no podrían competir y para eso es que los peruanos la necesitamos, para que compita. Con los antecedentes señalados cualquier gerente hubiera suscrito un contrato con los mayoristas, repito oficialmente autorizados por la autoridad competente. No es función de Petroperú ir más allá de la entrega del combustible al Mayorista y no podría extenderse para verificar el destino final del producto. Para eso está el OSINERG al que las empresas como Petroperú pagan para que cumplan con esa función.

Encuentro si un grave defecto y que es también causante de esta situación y es la inexistente transparencia en Petroperú. Si sus volúmenes de ventas fueran diáfanos y accesibles todos hubiéramos notado que la venta de Turbo se alejaba de sus cauces y se vendía menos Kerosene; Si publicaran (y hasta ahora no lo hacen), la historia de sus precios del Turbo podríamos hacer seguimiento de los diferenciales con el Kerosene. Si publicaran los contratos que suscriben, sus características y detallaran quienes son los accionistas y quienes forman los Directorios de sus contra partes estaríamos atentos para detectar la ingerencia política. Y eso implica callar a quienes equivocadamente sostienen que dar esta información es favorecer a la competencia. Si sus Directores hubieran tenido mérito profesional y no sólo político hubieran sido los primeros guardianes de la marcha empresarial y servirían de escudo ante la ingerencia política.

Si verdaderamente queremos que Petroperú cumpla el papel importante al que está destinada tenemos que hacer cuestión de estado para que su gestión comercial tenga plenitud de facilidades para su desempeño y que cese cualquier ensañamiento. No se trata aquí sólo de las exoneraciones al SNIP o la adecuación al CONSUCODE o su escapada del FONAFE, pues nada de eso le sirve a los gerentes de Petroperú para transformar su salario del miedo y recuperar su imagen ante los clientes.