miércoles, 22 de enero de 2014

Un mate al ahorro



La empresa Datum Internacional (http://www.datum.com.pe/) realizó una encuesta a fines de 2013, preguntándonos a los peruanos a quién considerábamos el personaje del año. Creo que con total justicia, la opinión mayoritaria eligió a la Sra. Natalia María Málaga Dibós (50) en este honroso sitial. No en balde los peruanos nos refugiamos en sus logros deportivos en el Vóley, así como en su sabroso lenguaje de limeña mazamorrera de nuestros tiempos, frente a descalabros en el futbol.
Natalia es la primera y única peruana en ganar dos medallas olímpicas como deportista o entrenadora; es igualmente medallista en tres competencias mundiales. Recientemente obtuvo para el Perú como entrenadora, la medalla de oro en el Campeonato Sudamericano de Vóley Femenino Sub-18. Por mérito propio, Natalia ha incursionado en la actividad publicitaria (espero que no cometa los abusos de participación publicitaria de Paolo Guerrero), y bueno por ella.
La reciente incursión mediática de nuestra buena Natalia es hecha a través de un spot publicitario de Scotiabank que utiliza su buena imagen para promover una “Cruzada del Ahorro” a fin de alcanzar nuestras metas “con constancia y disciplina”, y que mejor ejemplo que el de Natalia para ello.
Fomentar el ahorro es, en el fondo, una buena campaña y debería ser promovida más bien por nuestras propias autoridades en cumplimiento del Art. 87° de la Constitución Política que dice “El Estado fomenta y garantiza el ahorro”. Yo entiendo que garantizar el ahorro no es sólo administrar un seguro, sino más bien que los ahorros efectuados por todos los peruanos, tengan un rendimiento real que en ningún caso debería ser negativo como actualmente sucede. El mismo Art. 87° de la Constitución señala que “La ley establece las obligaciones y los límites de las empresas que reciben ahorros del público, así como el modo y los alcances de dicha garantía”; entonces es que se hace necesaria una modificación de la Ley, por lo demás permitida por la Constitución, en el sentido de GARANTIZAR el ahorro mediante tasas de rendimiento no negativas pues ¿de qué otra manera podría el Estado cumplir su obligación constitucional de “fomentar” el ahorro? En mi concepto no la cumple al consentir que se den tasas negativas.
En el caso que comentamos, la TREA (Tasa Real Efectiva Anual) que la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP señala “Es la tasa que muestra el rendimiento total de un depósito” correspondiente  al 22/01/2014 pagada por Scotiabank para un depósito de ahorros de persona natural sin cobro de mantenimiento es de 0.2 % [1](Sí, aunque no lo crea, cero punto dos por ciento anual). El Banco ocupa el puesto 28 entre 32 instituciones supervisadas, aunque aun así supera a los Bancos de Crédito e Interbank. Si descontamos la tasa de inflación del año 2013 al rendimiento del ahorro promovido por Interbank obtenemos una tasa real negativa de -2.7% anual.
En economía, un ahorrista que deposita su dinero en un banco, más si es persona natural, espera que se le devuelva luego de un año de espera, un monto superior al depositado de manera que le compense la postergación de su propio consumo y la disminución del poder de compra del dinero depositado y no como sucede en nuestro país en que el dinero devuelto tiene un poder adquisitivo menor por culpa de la inflación.
Que el Banco promueva campañas de ahorro basadas en su solidez (que era el concepto antiguo de un “buen” banco) y amparadas en una persona pública de innegable prestigio no la eximen de ofrecer tasas positivas de intereses, que es el mejor incentivo y fomento para el ahorro. La propuesta va, no por controlar tasas (Dios no lo quiera), sino porque las instituciones bancarias no se aprovechen de los ahorristas, ante la vista y paciencia de la Superintendencia. Sólo así terminaré de convencer a mi menor hijo, Sebastián, de lo conveniente que es para el país el ahorro que se traduce en inversión, con las disculpas a Natalia.
 



viernes, 3 de enero de 2014

Siete por ciento subió el precio del GLP en el actual gobierno


No podía irse el año viejo sin que una vez más desde el Ejecutivo, esta vez por boca del Presidente Constitucional de la República, se mencione el ya manido asunto del precio del Gas Licuado de Petróleo (GLP) a 12 Nuevos Soles, conforme fuera la promesa incumplida de su campaña electoral, pero enredándose mucho más y creyendo que así la opinión pública olvidará el pasarle la factura una y otra vez por tan desafortunada promesa. Todo el poder a coro para jugar con las aspiraciones populares y no efectuar (iluso yo) un acto de contrición pidiendo perdón a la población por la patinada, como debería ser, o no pretender seguir dorándonos la píldora. Esta vez nos referimos a la entrevista concedida el 29-12-2013 a las periodistas Josefina Townsend y Mávila Huertas:
“El gas barato es inmediato  es con el FISE, les estamos dando un vale de 16 soles de subsidio por cada balón de gas a las familias pobres y las familias extremadamente pobres” [1](sic).
Aquí por supuesto que se habla del GLP, sin duda. La meta es de 1.5 millones de usuarios eléctricos con consumos menores o iguales a 30 KW/Mes (se asumen igual al número de hogares). Debemos señalar sin embargo que entregar un vale de 16 Nuevos Soles, equivalente a un 38.2% de descuento no garantiza que las familias beneficiarias efectivamente cambien su consumo de combustibles sólidos a GLP. Y es el consumo y no la entrega de vales lo que deberíamos objetivar si lo que buscamos es mejorar la calidad de vida. Lecciones aprendidas de otras economías (Colombia, por ejemplo con su Programa de GLP Rural), señalan como uno de los problemas de los programas de sustitución el hecho que los nuevos consumidores no recompren el GLP en los casos en que les es obsequiado; peor aún veríamos con frustración el porcentaje de canje de los vales otorgados cuando éstos se refieren sólo a “descuentos”. Información disponible en la Web indica que al cierre del año 2012, apenas un 18.6% de los vales entregados han sido efectivamente canjeados (51,443 consumidores ó 3.5% de los potenciales beneficiarios)[2].
“El gas barato a mediano plazo, 3 años aproximadamente, que pueda legar a ese famoso 12 soles y tal vez menos, es con la masificación del uso doméstico del gas, es con la tuberías que se están haciendo, y que hoy día en Lima son más de 120 mil familias que tienen tuberías de gas…”(sic)1
Y aquí nuevamente la confusión. En efecto se ha hecho “famosa” la oferta del GLP a 12 Nuevos Soles; y esto por la propia oferta electoral que ahora es nuevamente ofrecida pero para dentro de 3 años, cuando ya no esté el actual Presidente de la República en el gobierno pero ligándola absurdamente al gas natural que es otra cosa; por supuesto que los medios retransmiten sus declaraciones con titulares como “Ollanta Humala: En el 2016 se puede vender gas a menos de S/. 12”[3]
Mientras tanto los precios del GLP continuaron incrementándose en nuestro país. Es así como el precio medio de diciembre 2013 al consumidor en Lima fue de 38.20 Nuevos Soles, superior en 7.0% al vigente en julio 2011 cuando se inició el presente gobierno. Y esto sucede cuando el precio de paridad internacional ha caído 18.8% en los mismos plazos; es decir, el precio internacional de referencia ha caído 18.8% pero los peruanos pagamos 7.0% más en plena vigencia de la promesa presidencial de GLP a 12 Nuevos Soles.
Una explicación a esta situación la encontramos en la drástica reducción del subsidio al GLP dada por el gobierno a las productoras, el mismo que ha caído 67.2%, disminuyendo desde 6.70 hasta 2.20 Nuevos Soles/10 Kgs durante el presente gobierno. Ah, me olvidaba. Cada uno de los consumidores de GLP en el Perú pagamos ahora un recargo de 0.33 Nuevos Soles/10 Kgs para el Fondo de Inclusión Social Energética (FISE), que antes no pagábamos, pero los beneficios de este Fondo se los atribuye el propio gobierno sin mencionar siquiera que somos todos los consumidores los que contribuimos al mismo.

De esta manera completo el análisis de los incrementos de precios del gas natural domiciliario (27.1% de aumento) y GLP (7.0% de incremento) en los que he demostrado que no existe ninguna baja de precios durante el presente gobierno, sino todo los contrario, aumentos.