lunes, 30 de julio de 2007

Petroperú: a quince años de la venta de sus Estaciones de Servicio

El primer semestre de 1992 fue testigo de un febril proceso de venta de las estaciones de servicio y grifos propiedad de Petroperú (en adelante grifos)। La COPRI (antecedentes de lo que hoy es Pro Inversión), exigía que los grifos fueran vendidos antes de las fiestas patrias de 1992. Y es así como se organizaron once maratónicas sesiones de venta con 7 ú 8 subastas cada una, tres veces por semana tanto en el auditorio de Petroperú como en tres salones menores que se habilitaron para tal efecto.

“Los dioses quieren sangre”, decía quien hoy es un alto funcionario de la empresa estatal para justificar esta celeridad y promover la ofrenda a los privatizadores. En esa sed de sangre se transfirieron al sector privado 78 grifos, 65 de los cuales se ubicaban en Lima en las más importantes arterias comerciales. Quizá pensó el funcionario que con la venta de los grifos los dioses calmarían su sed y no tocarían otros activos, cosa que como sabemos no sucedió. Hoy tiene como encargo más bien todo lo contrario, conseguir bocas de salida.
Todos entendíamos que éste era un despropósito; iniciar la privatización justo con las bocas de salida de la empresa era entregar lo más preciado del negocio de retail, la “localización” de sus puntos de venta. Comercialmente hablando un mal negocio. Refinería y grifo van siempre de la mano para hacer negocios y en épocas de crisis se observan mejor sus efectos.
Se pretendía acabar así con la integración vertical. La recomendación al interior de Petroperú (que no fue aprobada por los dioses sangrientos), era que estratégicamente se dejará esta venta para el final y que se formarán además tres grandes cadenas de grifos en Lima.
Los grifos rendían para Petroperú márgenes de explotación de entre 16.0 y 46.4% del margen de grifero obtenido por los concesionarios. En cambio, con la privatización, los ingresos obtenidos (un neto de 39.2 MMUS$), fueron íntegramente transferidos al tesoro público y finalmente, como todos sabemos, acabaron siendo digeridos por la corrupción. Cierto era que la administración de Petroperú no le prestaba la más mínima importancia a sus grifos propios y había eliminado prácticamente la renovación de equipos precisamente por desconocimiento o cariño a la función de los mismos en una estructura integrada.
Aún recientemente al elaborar el Libro Blanco de Petroperú[1] sus autores mencionan que “hubo quienes criticaron que se hubiera decidido separar los grifos sacándolos del contexto global de la estrategia de privatización … Sin embargo, en el tiempo transcurrido desde entonces, ha quedado demostrado plenamente que la decisión tomada fue la correcta … imprimió una “conciencia privatizadora” en la población del país… Se crearon cadenas de grifos … principalmente de Shell y Mobil Oil y bastante menores de YPF, Texaco, Chevron…” Bueno, la historia precisamente nos presenta, quince años después de la venta de grifos que ninguna de estas cadenas opera actualmente y en cuanto a la conciencia privatizadora, es una declaración que tiene más de justificativa que de realista, pues como sabemos, la Ley28840 (19-07-06) dispone el fortalecimiento y modernización de Petroperú estableciendo que no estará comprendida dentro del ámbito del Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (FONAFE), así como excluida de las normas y reglamentos del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), quedando con autonomía económica, financiera y administrativa; y con arreglo a los objetivos anuales y quinquenales que apruebe el Ministerio de Energía y Minas (MEM).
Otro aspecto que debemos criticar como que es incorporado con error por los autores del citado Libro Blanco es que indican que los ingresos obtenidos por la venta de los grifos fue “más del doble de los estimados económico financieros preparados por Petroperú”. Los estimados de Petroperú siempre señalaron cuales eran las ofertas mínimas que podrían esperarse de los potenciales inversionistas y servían de base para las subastas. El Comité Especial de Privatización colocó sus propios precios base de subasta, combinando los estudios de rentabilidad, con otros indicadores como el auto avaluó y los precios de los terrenos en que se edificaban, lo cual difería de los cálculos profesionales de Petroperú. Decir que se obtuvo más del doble no es serio en estas circunstancias.
A quince años del proceso, Petroperú no cuenta con una red de bocas de salida propias y apunta más bien a sostener una red de grifos afiliados difícil de mantener, con mínima presencia comercial y que no le sirven para nada si es que tuviera que jugar un papel regulador como algunos le señalan. De haber mantenido su red propia tendría hoy ingresos cercanos a los dos millones de dólares anuales en el negocio de retail y podría jugar un mejor papel del que hoy se le exige.


[1] http://www.proinversion.gob.pe/RepositorioAPS/0/0/JER/PAGRIFOSPETROPERU/Resumen%20Ejecutivo%20Grifos%20Petroperù.pdf

domingo, 22 de julio de 2007

El edificio de Petroperú: Un ícono menos

El Pegaso de Mobil, la concha de Shell, la gota Esso, la estrella Texaco, la Z de Zeta Gas, entre otros, son íconos reconocidos en la industria del petróleo. Su creación y posicionamiento han sido seguramente fruto de gran esfuerzo creativo y de gran inversión para posicionarlos en la mente del consumidor, representando a la empresa que está detrás de ellos. Por supuesto que su aprovechamiento comercial es uno de los frutos de este posicionamiento.

Hasta hace algunos años un enorme huacal luminoso identificaba a Petroperú encima del edificio Central donde había tenido su sede hasta el año 1973. Eran los tiempos en que otro famoso letrero de Coca Cola destacaba en la vía expresa.

Este huacal se había constituido igualmente en un ícono de la empresa estatal, conjugando en su diseño la piedra de los doce ángulos y la máscara Chimú, hasta que el año 2005 los funcionarios de turno lo destrozaron e hicieron chichirimico, trocándo incluso sus colores rojo y blanco por el verde palta actual (seguro pensando sus geniales inventores que el petróleo es verde). Así acabaron con un ícono de tanta presencia en la historia peruana. Esta, a no dudarlo, fue una de las mayores atrocidades comerciales cometidas por los funcionarios que el Gobierno de Toledo puso al frente de Petroperú.

Otro ícono destacado en nuestra industria petrolera lo constituía sin duda alguna la imagen del edificio Petroperú. Cualquiera que lo viera, sin necesidad de ningún letrero, sabía que ese era el edificio Petroperú.

Los mismos que destrozaron el huacal se encargaron de colocarle en lo más alto de su estructura el nombre de la empresa con una combinación de colores roji verde sobre fondo blanco que recuerdan más la decoración navideña que la empresa importante que es.

Es cierto que hoy la mayor parte de sus oficinas son ocupadas por otras instancias de la administración pública y del Banco de la Nación y que ha sido interiormente dividido y tasajeado sin misericordia, en ocasiones para servir de oficinas a los futuros Presidentes de la República o para albergar Fundaciones. Quizá los que pusieron los dichosos letreritos con el nombre Petroperú en lo más alto quisieron rescatar algo de la identidad perdida, preferimos pensar que, aunque erróneamente, esa fue la motivación.

Sin embargo el mal ejemplo cunde y hoy, este ícono de la industria del petróleo, se ve groseramente vestido con pancartas de todo tipo y tamaño que constituyen un atentado paisajístico en pleno corazón de San Isidro. Sí, al igual que en el frontis del Ministerio de Energía y Minas se cuelgan pancartas para promover el consumo del Gas Natural, en el edificio de Petroperú (en sus dos frentes más importantes), también se promueve el Gas Natural o la donación de chompas o los convenios suscritos con otros agentes comerciales.

Yo creo que esas pancartas no son puestas por los funcionarios de Petroperú pues estoy seguro que algún sentimiento de estética y de respeto por sus íconos mantienen aún y quizá sean colocados por personas ajenas a la historia petrolera peruana que seguramente aprovechan la posesión de algunos espacios en su interior para destrozar así nuestros principales íconos.
Es por eso que me estoy animando a apoyar la propuesta de Ley del Congresista José Carrasco Távara para que la sede de Petroperú sea trasladada a Talara y no se vuelva a decir que ese edificio ícono de San Isidro es la sede de Petroperú. En Talara no creo que vayan a colgar pancartas para decir que ahí funciona Petroperú y además así les dejaríamos más espacio para los ingeniosos publicistas que podrían colgar avisitos en cada uno de sus 21 pisos visibles a la vía expresa y a la Avda Corpac.

Por supuesto que serían muy jugosos los ingresos publicitarios que se obtendrían con pancartas como: vendemos la gasolina más barata del mercado, nuestros precios no han subido en un año, sólo 1% será lo que ganemos en adelante, compre gas natural y no compre gasolinas Petroperú, Combatamos el narcotráfico y subamos más el precio del Kerosene, vivan las cuotas de GLP, visite los gasocentros y no vaya a la Petro Red, etc. Aquí la creatividad tiene de seguro mucho más que lo poco que presento. Y es que, no contentos con agredir el edificio promueven a través de las pancartas cirqueras combustibles que compiten contra su propia canasta de productos. Como diría Condorito;: “Exijo una Explicación”

sábado, 14 de julio de 2007

Diesel 2 - Ganando indulgencias con Ave Marías ajenas

Confieso que me invade un enorme temor cada vez que abro la Web del Ministerio de Energía y Minas en busca de algunas señales sobre como avanza la política petrolera en nuestro amado país. Felizmente, en los últimos días sus funcionarios han eliminado de sus archivos electrónicos muchas de sus notas de prensa (de las que anteriormente nos hemos ocupado por el sinnúmero de gazapos y dislates que cometían), cosa que así, sólo algunos investigadores como el que suscribe, podremos guardar testimonio histórico impreso de tales atentados contra la cultura económica.

Esta vez, reviso otra Nota de Prensa (12-07-07), con el título ¿impactante? “Los precios de los combustibles en el país han sido en junio 2007 menores que los de junio de 2006”. Según la Nota esto se debe a que los precios son “asistidos” por el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles. La característica de “asistido” tiene más de seguridad social que de Economía y sin mayores referencias en el mercado de hidrocarburos y que viene a sumarse a la larga lista de denominaciones que han utilizado anteriores gobiernos peruanos para controlar burocráticamente la variación real de los precios; recordamos controlados, regulados, supervisados.

Por lo demás, no es la aritmética la que debe utilizarse para demostrar la realidad o no de las bajas de precios pues, así de simple, omite incorporar la influencia del tipo de cambio, de la inflación interna y de los precios relativos, sin el auxilio de los cuales ningún Economista se atrevería a decir si bajó o subió una mercancía. Podríamos decir, por ejemplo que en junio del 2006 entregábamos 12.9 botellas de gaseosas medianas (vidrio) por un galón de Diesel 2 y en junio del 2007 debemos entregar 13.6 (4.8% más caro en términos relativos).

El Ministerio, en Nota de Prensa, indica que mientras en junio del 2006 se vendía el Petróleo Diesel 2 en 10.73 Nuevos Soles por Galón al público, en junio del 2007 se ha producido una disminución de 0.43 para comercializarse en 10.30 Nuevos Soles. A efectos de una mejor comparación hemos llevado la información oficial a su equivalente en Dólares por Galón con los siguientes resultados:

Precios Promedio del Petróleo Diesel 2Al Consumidor de Lima Metropolitana y Callao
Fuente: INEI

Como vemos, en la práctica, lo que reduce el Estado en impuestos en términos unitarios, lo incrementa la empresa estatal Petroperú en su precio de productor, con lo que podría pensarse que el dinero sale de un bolsillo para entrar en otro (con las lógicas limitaciones que todos entendemos).

Sin embargo, en el negocio hay otro actor que no puede hacer lo mismo y que simplemente gana menos: la Estación de Servicio. Como vemos redujo su margen en un 22.3%. Es cierto, entonces lo que señala el Gobierno: El precio en la Estación de Servicio bajó 1.2% en Dólares, pero el principal agente de esta reducción (no tocamos aquí el Fondo de Estabilización), ha sido la propia Estación de Servicio, explicado demás en un mercado en el que (en adición a la enorme competencia) se han sumado 29 puntos de venta más en once meses alcanzando los 3,494 a nivel nacional a mayo 2007.

Por otro lado, el Fondo de Estabilización, que representa la intervención del Estado en el mercado que por Ley debería ser de libre oferta y demanda, ha compensado a los productores e importadores de Diesel 2 con 6.6 centavos de USD/Galón en el mes de junio 2007 (un aproximado de 5.3 millones de USD en el mes). La teoría que sirve de base a la existencia de este Fondo es que el aporte estatal será devuelto por las refinerías cuando los precios bajen, con lo que se trataría en teoría de un “simple préstamo” que no tendría porque considerarse esfuerzo del Estado, salvo que como todos prevemos no vaya a registrarse ninguna devolución (aportación) de los ahora beneficiados.

Y es que el mercado internacional del Diesel 2 es terco y no cree en Fondos de Estabilización. Así, entre enero y junio del presente año, sólo ha registrado incrementos alcanzando un 30.8% de alza, con lo que la compensación tendrá que seguir siendo el opio para adormecer a los consumidores peruanos con dosis que cada vez igualmente tendrán que ser mayores habida cuenta de, entre otros, la tendencia alcista del petróleo crudo.

En Chile el precio del Diesel 2 se ha incrementado en 8.1%, en los EEUU el crecimiento ha sido de 7.0% y en Brasil de 19.2% en el mismo período en el que en nuestro país bajamos 1.2%. ¿Es conciente el consumidor peruano de esto? Creo que no. No existe ningún programa de sensibilización ni de ahorro de consumo. Las ventas volumétricas han crecido 5.6%.

Esta semana se ha aprobado una inyección adicional de 100 millones de Nuevos Soles para que los precios de algunos de los combustibles (entre ellos el Diesel), no suban. Lastimosamente no se tiene a la mano ninguna otra propuesta que no sea el Fondo que como repito ha acabado con la libre competencia creando además la ilusión que los precios no suben y no deben subir llevándose de encuentro también los costos de los puntos de venta que se incrementan y no pueden ser trasladados al consumidor final en un mercado que ya se volvió imperfecto.

Una observación final. La Nota de Prensa del Ministerio de Energía y Minas indica que el Ministro manifestó su extrañeza por la paralización en Arequipa “por el alza de precio de los combustibles” que a su entender no tiene ninguna justificación técnica ni económica y que se explicaría sólo por una “posición violentista, dogmática y política de un grupo de Patria Roja”. Sin embargo los precios a que hace referencia son los de Lima y no los de los puntos de venta de Arequipa que podrían haber tenido un comportamiento muy diferente. Basta con señalar que incluso Petroperú, en junio del 2006 mantenía el mismo precio del Diesel 2 en Callao y Mollendo pero en junio del 2007 lo ha puesto 0.9% más caro en Mollendo, de manera que mientras su precio (sin impuestos) ha bajado en el Callao en 0.6% en Mollendo más bien ha subido en 0.3%. Mal ejemplo.

martes, 3 de julio de 2007

INDECOPI: Una clara lección sobre concertación

Una señal clara y rotunda de avance en nuestro país (y por la cual deberíamos alegrarnos todos quienes creemos en la economía social de mercado), la constituye, en mi concepto, la reciente declaración de Jaime Thorne León, Presidente del INDECOPI (Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de Protección de la Propiedad Intelectual), con relación a la supuesta concertación de precios del GLP, al señalar que la Comisión de Libre Competencia de su institución ha determinado que no existe tal concertación de precios y que existe más bien una libre competencia por la cantidad de agentes que participan en el mercado (Andina 28-06-07).

Como recordamos, la misma agencia oficial de noticias el 27/02/07 señaló que el Ministro de Energía y Minas, Arq. Juan Valdivia, había acusado a las empresas envasadoras de GLP de buscar una posible concertación para elevar los precios a los consumidores solicitando la intervención del INDECOPI. "Me preocupa que salga un director de la Asociación de GLP (César Bedón) a anunciar el aumento del precio del gas en 50 a 60 céntimos de nuevo sol pero que sólo representa a un grupo de envasadoras. Eso es preocupante porque podría significar que hay una concertación de precios para subirlos. Es cierto que los precios deben manejarse en función a la oferta y la demanda pero no debe haber abuso de dominio de mercado ni concertación de precios, eso es lo que reclamamos”. Estas declaraciones fueron seguidas de una serie de adhesiones de parte de los medios periodísticos y analistas del sector.

Las declaraciones oficiales tuvieron lugar al comentarse que por haberse registrado incrementos de precios del productor (Pluspetrol), seguramente estos serían trasladados por las envasadoras que operan como tomadoras de precios. Pura noción de Economía elemental.

Nosotros guardamos en aquella oportunidad un prudente silencio en nuestros comentarios periodísticos porque estábamos seguros que finalmente prevalecerían la razón y el buen criterio del INDECOPI sobre la denuncia política. El Instituto señaló que tomaría su tiempo emitir una opinión técnica.

Fundábamos además nuestra confianza en declaraciones del propio Presidente del INDECOPI en el sentido que iba a dejar actuar al mercado y que sólo intervendría cuando haya necesidad de ello. Había señalado además que en el Perú teníamos que ser prácticos y que si queríamos atraer inversiones no deberíamos poner trabas a los inversionistas. Señalaba como en el caso de las cementeras, por ejemplo, si hubiera concertación de precios al alza, alguien empezaría a importar cemento. En su concepto el mercado tenía que resolver esta clase de temas comentando que en el caso del GLP por ejemplo había precios diferentes y más de 600 distribuidores (El Comercio 15-03-07).

En el Perú operan 103 Plantas Envasadoras de GLP y 71 marcas comerciales con 2,183 locales de venta, por lo que obviamente una concertación de precios no puede darse en estas condiciones. Probablemente lo que se confunda es el paralelismo de conductas que no es concertación.

Pero quizá el hecho más importante de esta investigación del INDECOPI y los resultados anunciados sea que se fortalece la institucionalidad en nuestro país. No basta con que exhibamos ante el mundo destacables cifras macroeconómicas y legislación de avanzada si es que las instituciones encargadas de velar por el cumplimiento de las leyes y en este caso de la defensa de la libre competencia no actúan con eficacia e independencia.

Este es el aspecto que le falta a nuestro país para alcanzar el grado de inversión como en Colombia: la defensa de las instituciones. Si ellas son las capacitadas para emitir opinión técnica pues esa opinión debería ser acatada por el poder político; la diferencia en ser un país emergente y un país del primer mundo es esta institucionalidad.

Durante los años setenta, con el auge de los gobiernos militares en Sudamérica se acuño la frase "debilidad institucional" para reflejar el estado de cosas imperante. Los dictadores afanados en destruir a los partidos políticos a través de la corrupción hicieron que la opinión pública desconfiara de sus instituciones. La institucionalidad es el reinado de las Instituciones, definidas como u n proceso en que se llega a un orden estable y permanente, atendiendo a ordenamientos de la vida social.

Dentro de la ciencia económica, utilizamos el concepto de "institución" como la forma en que nos relacionamos los seres humanos de una determinada sociedad o colectivo, buscando el mayor beneficio para el grupo. Son para nosotros los usos, hábitos, costumbres o normas por los que se rigen las relaciones sociales y económicas entre los miembros del grupo. El beneficio que aporta la institución es mayor cuanta más eficiencia genera en la economía y más minimiza los costos de transacción y de información. Eso será más posible cuanta más experiencia posean los agentes que participen de dicha institución, más sencillas sean las reglas y menor sea el número de individuos que las tienen que ejecutar.

En el contexto de la corriente teórica institucional actual una institución es definida como un "conjunto de estructuras y actividades cognitivas, normativas y reguladoras, que suministran estabilidad y sentido al comportamiento social " [1].

Estamos seguros que la evaluación efectuada por el INDECOPI será respetada por nuestras autoridades políticas y asimilada como que el comportamiento racional económico no tiene porque ser calificado a priori como abusivo. Si un eslabón de la cadena, sin mayor impacto en la formación de precios, reacciona de forma similar ante un estímulo externo no es de ninguna manera concertación.
Comprender este asunto, como comprender lo de las aplicaciones que se quiere inmediatas de las bajas de los combustibles en las estaciones de servicio cuando baja el precio de los refinadores es parte del aprendizaje de nuestras autoridades pero esperemos que las lecciones aprendidas orienten comportamientos futuros. Por el bien de nuestro país.

[1] Almond, Gabriel A. Y Verba, Sydney. "La Cultura Política". Princeton, University Press, 1963.