miércoles, 23 de junio de 2010

A Juan Manuel Del Mar no lo vamos a olvidar

Como vecino surcano no puedo menos que mostrar mi asombro cuando veo aparecer en las inmediaciones del mercado de San Roque un panel publicitario promoviendo la postulación de nuestro Alcalde Juan Manuel Del Mar para buscar su reelección por otros cuatro años, con el lema escogido para esta campaña de “En Surco se vive bien”.

Si así era de fácil hacer algo en la zona, me pregunto ¿por qué en estos cuatro años no ha podido implementar un tránsito fluido en la zona (templo, aeropuerto, mercado y colegio incluido), que para padecimiento diario de los vecinos permanece sin resolverse cuando, más fácil que poner un panel hubiera sido disponer que un sereno o más de uno, o un policía contratado (o más de uno), en sus horas de franco sea comisionado para dirigir el tránsito o quizá modificar las rutas para que vías que hoy se han vuelto extremadamente angostas dejen de ser de doble sentido. No es un tema de pensarlo mucho sino de actuar.

Aquí creo que peca mi estimado colega, el Econ. Juan Manuel del Mar por inacción y ojala tome en cuenta la recomendación pues aún le quedan varios meses de mandato.

Cada día que pasa se incorporan enormes complejos habitacionales en Surco y se siguen construyendo otros más y con ello la población ha crecido tremendamente, sin que se note un correlato de servicios públicos a la par de tan gigantesco crecimiento poblacional. El crecimiento significa también una mayor recaudación y por eso el tránsito debe ser revisado pues yo estimo que en estos últimos 4 años la población en la zona debe por lo menos haberse triplicado y sin embargo no tenemos semáforos, ni serenos ni policías. Es más, los vehículos del Municipio contribuyen al caos.

Y que decir del programa de inspecciones de lo que yo llamo "Indefenso Civil" que exige locuras como vidrios anti explosión, alfombras anti fuego, pozos a tierra, luces de emergencia, puertas que se abran hacia afuera, extintores, círculos de emergencia, modificaciones estructurales, etc., etc. a pequeños negocios y oficinas de servicio profesional, al extremo que se promueve la migración en busca de lugares con menos aparatosas exigencias.

Le deseo mucha suerte al colega Alcalde en este proceso electoral que se avecina. Por lo menos su nombre será recordado al momento de botar pues, seguramente siguiendo a malos consejeros de imagen, ha seguido la mala y robotizada costumbre de los funcionarios de la Municipalidad de Lima que para todo lo que hacen dicen "Por instrucciones del Sr. Alcalde Don Lucho Castañeda Lossio". Recuerde Sr. Alcalde que el 2006 lo elegimos casi sin conocerlo y ahora en nuestro Distrito hemos visto su nombre en calles y plazas, trocando los paneles que con acierto nos daban lemas de aliento para introducir su nombre. Y así lo hemos visto en avisos luminosos que nos decían que pronto se iba a hacer una obra en tal sitio, o parchando huecos o promoviendo ferias. El caso más decepcionante para mí fue cuando inscribí a mi hijo en el Programa de Vacaciones Útiles, por supuesto que pagando, y me quisieron vender un polo del Programa a 15 Nuevos Soles que me hubiera gustado adquirir pero que igual metían el nombre de Juan Manuel del Mar en el mismo y ahí si que nos opusimos; ¿cómo pagar para que mi menor hijo lleve su nombre en pre campaña?

Estoy seguro que sabrá encontrar solución a estos temas de inmediato.

martes, 1 de junio de 2010

"Irregularidades en el Proyecto Camisea"

He leído con sumo interés el Informe del Sr. Congresista Isaac Fredy Serna Guzmán plasmado en el libro “Irregularidades en el Proyecto Camisea” [1], material importante para el debate de tan controvertido tema. Se puede encontrar en él una reseña histórica y secuencia cronológica que siempre es importante que figure en una sola obra para seguir paso a paso el desenvolvimiento de tan importante Proyecto.

Presentar esta obra era una tarea necesaria en nuestro país, país de desmemoriados y poco proclives a la arqueología económica. Yo creo que en estas dos taras es que descansa mucho de la impunidad que campea con buen viento en el Perú. Se cometen atrocidades porque se sabe que nadie las va a investigar. Y si son temas serios peor aún. La investigación mediática queda así relegada generalmente al nivel farandulero.

Los indicios que se presentan en la obra exigen atender la principal recomendación que nos hace el Congresista Serna para que el Pleno del Congreso de la República incluya como texto sustitutorio en el dictamen del proyecto de Ley Nº1210 que modifica la Ley Nº27133 – Ley de promoción del Desarrollo de la industria del Gas Natural (en cuarto intermedio desde mayo de 2008, más de dos años), la garantía permanente de abastecimiento al mercado nacional de acuerdo a reservas probadas, así como la prohibición de autorizar más plantas térmicas de ciclo simple. Agrego a esto la importante propuesta que venimos reclamando durante todo este Gobierno para que se elabore el Plan Nacional de Energía que garantice la planificación y seguridad energética para que reemplacen a los llamados “planes referenciales”.

Comento a continuación el Capítulo 5 de la obra “Los costos y beneficios de la producción de GLP” en el que se han cometido algunos errores y omisiones:

No es correcto señalar que en el Perú se vende el GLP “teniendo como referentes los precios internacionales”. La verdad es que se vende a precios internacionales. Se acabó la referencia con la implementación del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles el 2004 que paga a los productores precios internacionales, ya sea íntegramente por las Plantas envasadoras o mediante los subsidios del Estado a estos productores.

Otra inexactitud es señalar que si el precio del GLP de Pluspetrol en Pisco a octubre 2009 es de 1.72 S/. por Kg. “significa que un balón de 10 kilos costaría en Paracas 17.20 S/”. Se trata de dos modalidades de entrega distintas y que incorporan distintos eslabones de la cadena de valor. Pluspetrol vende a granel a camiones tanque en Pisco no en balones. Para hacer comparativos los precios de productor y al consumidor final en Paracas deben agregarse los gastos de flete, carga y descarga, mermas, inversiones en adquisición de balones, mantenimiento y reposición de los mismos y los márgenes de envasadoras, distribuidor y local de venta.

Tampoco es correcto señalar, por lo antes expresado y que es de fácil comprensión, que el “margen de ganancia de las envasadoras” es “la diferencia entre el precio en planta y el precio final” y menos aún que es “del 100% aproximadamente”. Este error se repite lamentablemente cuando se indica que “al año 2004 cuando entró en operación comercial la planta de fraccionamiento de líquidos del gas natural en Paracas, el precio del balón de 10 Kg. de GLP era en promedio 25 nuevos soles”. De acuerdo con información del INEI el precio medio del balón de GLP envasado puesto en el hogar del consumidor fue de 35.07 Soles el año 2004, es decir 40.3% más caro que el señalado en el libro.

Otra información no explicada en el libro es que señala como alarmante que los precios del GLP lleguen a costar “S/ 40 nuevos soles en algunos departamentos como el Cuzco”; debe señalarse aquí que el GLP debe transportarse en balones por camión hasta el Cuzco, lo cual encarece su precio lógicamente. Por otro lado el cuadro de precios presentado en la obra indica que el precio mínimo al que se comercializa en el mismo Cuzco es de 27 Nuevos Soles el balón de 10 Kgs.
Debo señalar también que cuando el autor se pregunta “¿Por qué el GLP es caro si somos productores? Y responde “el sistema económico actual, no permite al gobierno regular los precios, sin embargo, si puede sugerir precios referenciales” omite la necesaria distinción entre el precio del productor y el de la envasadora. Deslizar que esto se debe a una excesiva ganancia de las envasadoras y a la no regulación de precios es omitir que se paga al productor un precio internacional y que este precio no sólo no está regulado sino que a través de la figura del “precio asistido” es reconocido a los productores vía el subsidio otorgado desde el año 2004. Los precios de los envasadores en cambio se rigen por la oferta y demanda.

Otro error es señalar que “cuando los precios empiezan a bajar el gobierno decide retirar al GLP de fondo”. Señala el autor esto refiriéndose al D.U. Nº029-2009 que sólo se refiere al volumen temporalmente importado y que lógicamente al acabarse la situación de emergencia que derivó en importaciones ya no se requería que fueran compensados; pero eso no significa que se hubiera retirado al GLP del Fondo pues durante todo el primer semestre del año se establecieron aportes de los productores al Fondo. Por eso no es correcto señalar “por consiguiente los productores ya no tienen la obligación de aportar al fondo”.

Me parece que la obra, que incorpora en el tema del Proyecto Camisea el fraccionamiento y comercialización de GLP en el Perú omite señalar que quizá una de las peores fallas de la negociación de Camisea es que se haya hecho omisión de negociar sobre los líquidos (GLP, Gasolina y Diesel) dejándolos a que se manejen a precios internacionales y que las autoridades gubernamentales se hayan así mismo convertido en promotores de la comercialización del Gas Metano, grave en el caso de las redes de conexión domiciliaria que eran responsabilidad de la concesionaria tanto más grave en la promoción de su uso automotor sin un estudio técnico confiable. Así mismo, incorporar un capítulo para el GLP con los errores antes señalados, de seguro producto de una asesoría no experta, y sin que se llegue a ninguna recomendación es una carencia del importante documento.

[1] Primera Edición abril 2010 – Impresión ALEPH Impresiones S.R.L. –Tiraje: 1,000 ejemplares