viernes, 10 de marzo de 2023

INSUFRIBLE, INSOPORTABLE, INAGUANTABLE, INTOLERABLE INFLACIÓN DE ALIMENTOS EN EL PERÚ

Un aspecto casi no tocado en los análisis que se efectúan sobre el comportamiento de la inflación en el Perú, es el referido a su gravedad en el caso del grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas (en adelante ABNA), de la canasta familiar, que representa el 23.9% de su total a partir de la nueva base diciembre 2021 y que fuera de 27.5% en la base 2011 (una disminución de 3.6 puntos porcentuales, igualmente poco explicada).

Los comentarios que presenta el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), son simplemente descriptivos de los resultados que mensualmente arrojan las encuestas en las zonas urbanas de nuestro país; se limitan a citar porcentajes de encuestas y tablas que los medios de prensa las reproducen sin mayor análisis.

El cálculo de la inflación que realiza el INEI tiene en cuenta solo el área urbana mensual de veinticuatro capitales de región y dos ciudades no capitales con mayor dinámica económica y poblacional (Chimbote y Tarapoto). No hay medición de lo que sucede en las zonas rurales, cuya población es el 20.7% del total nacional. Por ello sus resultados y comentarios no reflejan ni remotamente lo que sucede en los lugares más pobres de nuestro país. Así pues, esta es una variable más para mantenernos alejados de la realidad nacional.

Igualmente, los comentarios que se suelen hacer sobre la inflación, abordan tan solo los resultados de Lima Metropolitana, manteniendo igualmente alejada la atención mediática sobre el interior del país, como si solo Lima fuera el Perú.

Para colmo solo observamos los resultados globales, descartando, por ejemplo, el análisis del rubro más importante del costo de vida, cual es el de los ABNA (agregándose indebidamente según mi criterio, los alimentos a las bebidas no alcohólicas).

En la figura siguiente presento la evolución mensual de la inflación anual marzo 2022 – febrero 2023, tanto en su medición global como en la del detalle de los ABNA [1]



Podemos observar que la inflación de los ABNA se ha mantenido imparable en su crecimiento a lo largo de todos y cada uno de los últimos doce meses,
alcanzando un terrible 17.0% en febrero 2023 a nivel nacional, sin que se observe el efecto de ninguna medida fiscal o monetaria para su amortiguamiento. Consideremos, además que el alimento que más ha subido de precio en el período analizado ha sido el grupo de hortalizas, legumbres y tubérculos con 32.4% de incremento anual. Explicaciones pueden abundar, pero no justifican la inacción ante este drama.

La gravedad del problema del crecimiento de precios de alimentos parece no preocupar a ninguna de nuestras autoridades a pesar que ha adquirido características de muy grave y que requiere una urgente atención. Como vemos en la siguiente figura, mientras que, a febrero de 2020, en plena pandemia del COVID 19, la inflación de alimentos era de 0.6% anual, esta se ha ido disparando hasta llegar al 17.0% a febrero 2023.


Urge que, en nuestro país, entre otras medidas se haga un seguimiento más estricto de la inflación, incorporando el cálculo de la inflación rural y ¿por qué no? Haciendo mediciones quincenales y exigiendo al Banco Central que cumpla con su función constitucional de
preservar la estabilidad monetaria, manteniendo la inflación entre 1 y 3% anual y que informe al país, sobre las medidas adoptadas y sus resultados, más allá de una simple encuesta de expectativas macroeconómicas.



[1] Informe Técnico N°03 – marzo 2023 – INEI – variación de los Indicadores de Precios de la economía – febrero 2023