domingo, 22 de julio de 2007

El edificio de Petroperú: Un ícono menos

El Pegaso de Mobil, la concha de Shell, la gota Esso, la estrella Texaco, la Z de Zeta Gas, entre otros, son íconos reconocidos en la industria del petróleo. Su creación y posicionamiento han sido seguramente fruto de gran esfuerzo creativo y de gran inversión para posicionarlos en la mente del consumidor, representando a la empresa que está detrás de ellos. Por supuesto que su aprovechamiento comercial es uno de los frutos de este posicionamiento.

Hasta hace algunos años un enorme huacal luminoso identificaba a Petroperú encima del edificio Central donde había tenido su sede hasta el año 1973. Eran los tiempos en que otro famoso letrero de Coca Cola destacaba en la vía expresa.

Este huacal se había constituido igualmente en un ícono de la empresa estatal, conjugando en su diseño la piedra de los doce ángulos y la máscara Chimú, hasta que el año 2005 los funcionarios de turno lo destrozaron e hicieron chichirimico, trocándo incluso sus colores rojo y blanco por el verde palta actual (seguro pensando sus geniales inventores que el petróleo es verde). Así acabaron con un ícono de tanta presencia en la historia peruana. Esta, a no dudarlo, fue una de las mayores atrocidades comerciales cometidas por los funcionarios que el Gobierno de Toledo puso al frente de Petroperú.

Otro ícono destacado en nuestra industria petrolera lo constituía sin duda alguna la imagen del edificio Petroperú. Cualquiera que lo viera, sin necesidad de ningún letrero, sabía que ese era el edificio Petroperú.

Los mismos que destrozaron el huacal se encargaron de colocarle en lo más alto de su estructura el nombre de la empresa con una combinación de colores roji verde sobre fondo blanco que recuerdan más la decoración navideña que la empresa importante que es.

Es cierto que hoy la mayor parte de sus oficinas son ocupadas por otras instancias de la administración pública y del Banco de la Nación y que ha sido interiormente dividido y tasajeado sin misericordia, en ocasiones para servir de oficinas a los futuros Presidentes de la República o para albergar Fundaciones. Quizá los que pusieron los dichosos letreritos con el nombre Petroperú en lo más alto quisieron rescatar algo de la identidad perdida, preferimos pensar que, aunque erróneamente, esa fue la motivación.

Sin embargo el mal ejemplo cunde y hoy, este ícono de la industria del petróleo, se ve groseramente vestido con pancartas de todo tipo y tamaño que constituyen un atentado paisajístico en pleno corazón de San Isidro. Sí, al igual que en el frontis del Ministerio de Energía y Minas se cuelgan pancartas para promover el consumo del Gas Natural, en el edificio de Petroperú (en sus dos frentes más importantes), también se promueve el Gas Natural o la donación de chompas o los convenios suscritos con otros agentes comerciales.

Yo creo que esas pancartas no son puestas por los funcionarios de Petroperú pues estoy seguro que algún sentimiento de estética y de respeto por sus íconos mantienen aún y quizá sean colocados por personas ajenas a la historia petrolera peruana que seguramente aprovechan la posesión de algunos espacios en su interior para destrozar así nuestros principales íconos.
Es por eso que me estoy animando a apoyar la propuesta de Ley del Congresista José Carrasco Távara para que la sede de Petroperú sea trasladada a Talara y no se vuelva a decir que ese edificio ícono de San Isidro es la sede de Petroperú. En Talara no creo que vayan a colgar pancartas para decir que ahí funciona Petroperú y además así les dejaríamos más espacio para los ingeniosos publicistas que podrían colgar avisitos en cada uno de sus 21 pisos visibles a la vía expresa y a la Avda Corpac.

Por supuesto que serían muy jugosos los ingresos publicitarios que se obtendrían con pancartas como: vendemos la gasolina más barata del mercado, nuestros precios no han subido en un año, sólo 1% será lo que ganemos en adelante, compre gas natural y no compre gasolinas Petroperú, Combatamos el narcotráfico y subamos más el precio del Kerosene, vivan las cuotas de GLP, visite los gasocentros y no vaya a la Petro Red, etc. Aquí la creatividad tiene de seguro mucho más que lo poco que presento. Y es que, no contentos con agredir el edificio promueven a través de las pancartas cirqueras combustibles que compiten contra su propia canasta de productos. Como diría Condorito;: “Exijo una Explicación”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Recuerdo que hace poco colgaron una pancarta que decía orgullosamente haber IMPORTADO una cantidad enorme de combustible desde Irán.

¿Que carajo tienen en la cabeza? Felicitarse por importar petróleo envez de impulsar la investigación en nuestro territorio?

Aceite quemado deben tener, diesel adulterado debe fluir por sus venas.