Una enorme expectativa
es la que han generado las diferentes acciones de política ejecutadas por el
Gobierno con relación al gasoducto del sur, sobre todo entre las localidades más
pobres del Perú. En muchos casos tememos que la euforia no vaya acompañada de
reales posibilidades de contar a corto o mediano plazo con las conexiones
domiciliarias a gas natural o a aplicaciones en el transporte pesado,
principalmente en ciudades de altura (por encima de los 2,600 m.s.n.m.).
Veamos por ejemplo
lo señalado por el Presidente del Gobierno Regional de Puno (3,918 m.s.n.m.) publicado
el 25-08-11 en el diario Los Andes “El
transporte será otro de los (sectores) favorecidos, por cuanto los vehículos
pesados podrán utilizar este gas, lo que les permitirá reducir sus costos de
inversión”, “Es un buen anuncio y muy positivo
para todo el sur del Perú, ya que el gas es muy costoso. Un balón de gas cuesta
cerca de 40 soles, por lo tanto, la llegada del gasoducto permitirá mejorar y
cambiar los patrones de consumo de combustibles”.
Posteriormente, el 15-12-11 se emite el “Pronunciamiento del Sur Peruano” suscrito por los presidentes regionales del Cusco,
Arequipa, Puno, Moquegua, Madre de Dios y Apurímac en el que convocan a
Petroperú para
“participar como socios del proyecto
referido al abastecimiento de gas virtual, complementario e inmediato, a partir del 2012 para masificar el
abastecimiento de gas natural para uso domiciliario y vehicular al sur del Perú”.
Sobre el
rendimiento del gas natural en vehículos operando en ciudades de altura es muy
poco (casi nada) lo que se ha estudiado y si algo se ha hecho no ha sido más
allá de los 2,600 m.s.n.m. Por ello me parece necesario se efectúen estas
investigaciones en nuestro país y que el Estado a través del MINEM tengo un rol
de liderazgo en las mismas.
Dentro de los
estudios más recientes sobre el particular cabe mencionar “Efecto de la altitud en un motor de
encendido provocado convertido a GN” desarrollado con
el financiamiento de la Empresa Colombiana de Petróleo - ECOPETROL y desarrollado por la Universidad
de Antioquía y su Grupo de Ciencia y Tecnología del Gas y Uso Racional de la
Energía. Los resultados se publican en el N°15 de la revista Gas Vehicular[1].
Entre las
conclusiones de este importante documento se señala que existe “evidencia que un motor de encendido provocado (MEP)
demanda más consumo de combustible a medida que se incrementa la altitud, para
lograr mantener la misma potencia útil. Esto se debe fundamentalmente a la
disminución de la densidad del aire con la altitud, ya que a menor densidad
tendremos menor cantidad de oxigeno por m3 aspirado en el motor.” Esto ya es conocido y no es ningún
paradigma como algunos interesadamente interpretan.
Señala
el estudio colombiano que en el consumo de gas natural hay un incremento
promedio de 20% entre las ciudades San Pedro (1,600 m.s.n.m.) y Medellín (2,600
m.s.n.m.).
Agregan,
y esto es importante de tener en cuenta, que como un problema adicional, el gas
natural (metano), no se quemó de mejor manera y las emisiones de CO (monóxido
de carbono) fueron en promedio 3 veces
mayores en San Pedro que en Medellín. Resumen el estudio señalando que “Los resultados de las pruebas de funcionamiento
de motores a gasolina convertidos a gas arrojan cifras de pérdida de potencia
entre el 10 y el 15% a nivel del mar y hasta del 30% a la altura de Bogotá” (2,600 m.s.n.m.).
Si
aplicamos la ecuación resultante de la investigación colombiana tendríamos que
en Arequipa se registraría una pérdida de potencia de 20.4% y en Puno de 34.1%.
con relación al consumo al nivel del mar. Esta pérdida de potencia se pretende
solucionar con mayor consumo de combustible (el precio lo permite) y
adelantando la chispa. Sin embargo, el mayor consumo porcentual excede el
porcentaje de pérdida de potencia.
Adicionalmente
debo señalar que los fabricantes de motores Cummins (uno de los mayores del
mundo), recomiendan en sus motores 280GPlus que no sean operados en alturas
superiores a 1,600 mts y en el BG-195, BG-200, BG-230 que tampoco sean operados
en ciudades de alturas superiores a los 2,600 mts. La recomendación
comercial exacta es “Cummins does not recommend continuous application of this engine at
altitudes greater than 8,500 feet. Higher altitude operation may result in
performance degradation, although no engine damage or decrease in durability
should be expected”.
Es pues una deuda
que tiene el Ministerio de Energía y Minas
con todos los peruanos, sobre todo aquellos que viven en ciudades por
encima de los 2,800 m.s.n.m. como
Cusco (3,360 m.s.n.m.), San Román (3,859 m.s.n.m.), Azángaro (3,876 m.s.n.m.),
Melgar (4,001 m.s.n.m.) o Lampa (4,028 m.s.n.m.) que se
certifique que podrán utilizar el gas natural para transporte, si es que en
algún momento les llega.
[1]http://gasure.udea.edu.co/docs/Efecto%20de%20la%20altitud%20en%20un%20motor%20de%20encendido%20provocado%20convertido%20a%20GN.pdf
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