jueves, 17 de mayo de 2012

La promoción del GNV no pasa por desprestigiar el GLP vehicular

Encuentro en el diario local Expreso en los últimos días, una equivocada campaña contra el consumo del Gas Licuado de Petróleo (GLP), tratando de posicionar al Gas Natural Vehicular (GNV). Para ello se incurre en una serie de afirmaciones equivocadas y se utiliza a políticos para relevar sus comentarios poco técnicos.
En la edición del 14-05-2012 publican “Subsidio al GLP va contra masificación del GNV” y en la edición de hoy 17-05-2012 vuelven a la carga con similares argumentos para señalar que Las señales indican que el GLP es un combustible más barato y, al percibirse así, su consumo crece a diferencia del GNV, donde el Gobierno pone mayores exigencias”.
Decir como manifiesta el diario que “El Gobierno que lidera Ollanta Humala … mantiene un trato preferencial hacia el informal mercado del GLP…” contiene dos gruesos errores de apreciación :
1.1.   Decir que el GLP tiene un trato preferencial es no decirle la verdad al país. Este gobierno y los anteriores han sido los mayores publicistas del GNV, desmereciendo injustificadamente las bondades del GLP, meciendo al país con una supuesta futura llegada del gas natural a localidades a las que jamás llegará, convirtiendo en un circo el frontis del Ministerio de Energía y Minas con pancartas señalando lo barato que es el precio por galón de este combustible, sin aplicarle Impuesto Selectivo al Consumo desde el inicio de su comercialización hasta ahora, como si hacía con el GLP automotor hasta junio de 2005 y posteriormente lo reintrodujo erróneamente en diciembre de 2010; felizmente en una modificación de su error esta reintroducción sólo duró una semana, etc., etc.

1.2.    Señalar que el mercado del GLP es informal escapa a la verdad o es una grosera generalización. Todos los gasocentros que venden GLP automotor (al igual que los de GNV) se encuentran autorizados y supervisados por el OSINERGMIN que evalúo el cumplimiento de todas la normas técnicas, ambientales y de seguridad antes de otorgar los permisos de operación correspondientes. Por su parte ningún punto de venta de GLP automotor puede adquirir combustible si no registra previamente su orden de compra y obtiene un código de autorización del OSINERGMIN para cada compra. Ningún ofertante le puede vender GLP si no cuenta con este código de autorización. En el caso del GLP, por ejemplo, la refinería La Pampilla (productor) y Lima Gas S.A. (comercializadora) cotizan en la Bolsa de Valores de Lima y mantienen buenas prácticas de gobierno corporativo; entonces ¿Dónde está la informalidad?

Atribuye el diario al ex Ministro de Energía y Minas Ing. Carlos Herrera, cosa que pongo en duda, que “Cuando el GLP se utiliza en el sector transporte e industrial el subsidio al GLP va en contra de la masificación del gas natural y eso es lo que ha ocurrido en el Perú”.

El automovilista que utiliza GNV paga un precio regulado por contrato de Perupetro S.A. con Pluspetrol S.A. El que utiliza GLP se atiene a los precios del mercado internacional. Para mayor ventaja, los automovilistas con vehículos a GNV vienen gozando desde octubre de 2007 hasta setiembre de 2012 del no pago por el costo del combustible en boca de pozo pues, gracias al apoyo de Pluspetrol, reciben este precio promocional para incentivar la utilización de GNV. Sólo pagan el equivalente a la regalía con un descuento que equivale al 72.4% del costo que pagan los otros consumidores de gas natural no residencial. ¿Hay aquí trato preferencial al GLP?

El GNV se comercializa actualmente en Lima a 1.83 PEN/M3, equivalente aproximadamente a 3.30 PEN/Galón (de acuerdo al poder calorífico). El GLP Automotor lo hace en promedio a 1.48 PEN/Litro, equivalente a 5.60 PEN/GLN. Es decir, el GNV es 41.1% más barato que el GLP Automotor. Con este enorme diferencial de precios a favor del GNV ¿Puede ser competencia el GLP Automotor al punto de atentar contra la masificación del GNV? Por supuesto que no. Con este bajísimo precio que permite a los consumidores de GNV incluso pagar la adquisición de vehículos nuevos ¿De qué forma puede el GLP automotor atentar contra los iluminados planes de masificación?
Lo que sucede es que algunos siguen insistiendo en enfrentar ambos combustibles, tratando de “pisarle los callos” al otro sin reconocer la diversidad y amplitud de nuestro territorio y pensando que Lima es el Perú. Lo que necesitamos, insisto, es tener una cultura de gas que incorpore a los dos combustibles dentro de una política energética nacional realista, sin prejuicios ni paradigmas ni oscurantismo, ni amenazas de agotamiento del GLP nacional como se ha llegado a afirmar esgrimiendo el “cuco” de la posible importación.
No busquemos en inexistentes beneficios al GLP lo que debemos encontrar en las propias limitaciones de la comercialización del GNV, entre otras, una millonaria inversión económicamente válida sólo para los momentos de penetración en grandes mercados y aplicable en apenas algunos mercados volumétricamente significativos (no todos los mercados peruanos rentabilizan una inversión en gasocentros de GNV), una errática política de precios en punto de venta, falta de investigación técnica sobre los resultados de su utilización en nuestro país (Lima no es el Perú) y carencia de una representación gremial de primer nivel.

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