domingo, 23 de febrero de 2020

De elefantes blancos hablamos; no les sigamos dando de comer



Escrito por: Econ. César A. Bedón
23/02/2020

Wikipedia nos explica que «Un elefante blanco (también elefante albino) es un tipo poco común de elefante. Aunque a veces se describe como blanco níveo, su piel es normalmente marrón-rojiza, volviéndose rosa cuando está mojada. Tienen pestañas rubias.»

Recibir de regalo y como un preciado adorno del hogar un elefante, dicen que trae buena suerte y recomiendan que venga con la trompa hacia arriba para atraer la fortuna y también con la cola hacía afuera de la casa.

La mala suerte era causada más bien cuando los reyes de Tailandia regalaban un venerado elefante blanco, pues el feliz agasajado debería gastar en comida especial y dejar que miles de visitantes se apersonen para venerarlo sin mayores ingresos para su nuevo propietario, lo que en ocasiones llevaba a la quiebra del pobre súbdito.

Aplicada esta tradición tailandesa a propiedades que cuestan más de lo que dan a ganar se les llama elefantes blancos. Igual si fueran proyectos multi millonarios llenos de coimas, a los que se les mantiene y “alimenta” a pesar de saber que es un elefante blanco. Tienen presupuestos sobrevalorados, malos materiales, falta de estudios y proyectos, cambios en la dirección, etc.
Ejemplos de elefantes blancos se presentan en todo el mundo, y se siguen presentando. La Línea 12 del Metro, en Ciudad de México, debió cerrar por las graves fallas que presentó la obra y cuyo costo pasó de 15,290 a 26,274 millones de pesos; [1] Al Palacio del Parlamento Rumano el Libro Guinness de los Récords le otorgó el título del edificio administrativo más grande del mundo, el más caro y el más pesado. Su costo fue de 3 mil millones de Euros y el 70% permanece vacío; El aeropuerto de Castellón (España) fue inaugurado el año 2011, sin embargo, prácticamente, ningún avión ha aterrizado o despegado desde este aeropuerto fantasma; con un gasto de más de 150 millones de euros, el aeropuerto únicamente ha servido de pista de entrenamiento de coches de carreras.[2]

En nuestro país, el más reciente y reconocido elefante blanco corresponde al Proyecto de Modernización de la refinería Petroperú de Talara (Proyecto), destinada a incrementar la refinación de petróleo crudo de 65 a 90 mil barriles día calendario. El presidente de Petroperú, Econ. Carlos Paredes Lanatta, designado hace 10 meses, tuvo la valentía de exponer en la CADE (Conferencia Anual de Ejecutivos) 2019 las características del elefante blanco, explicando que desde que se firmó el año 2014 el contrato con la empresa española Técnicas Reunidas hasta el 2019 se habían causado enormes costos que casi paralizaron las obras, con una destrucción de valor estimada en USD 1,650 millones. No dudó en calificar, como corresponde, de elefante blanco al Proyecto porque la refinería debió ser más grande y con mayor inversión porque al concluir los trabajos (2021) debemos seguir importando productos refinados.

Uno de los antecedentes más antiguos en referencia al Proyecto la obtenemos en agosto de 2004 (16 años atrás), cuando el entonces Presidente de PETROPERU, Alejandro Narváez Liceras expuso ante la Comisión de Energía y Minas del Congreso de la República que el proyecto de modernización de la refinería de Talara sería posible mediante una inversión de 265 millones de dólares, tras lo cual se estimaba un retorno de la inversión en unos nueve años aproximadamente. [3]

En noviembre de 2012 (5 años atrás), preparé un cálculo[4] muy simple en mi post «Se viene el aterrizaje del Proyecto de Modernización de Refinería Talara» en el que dijimos que el máximo nivel de compromiso que debería aceptarse sería por debajo de los USD 783 millones para obtener una Tasa Interna de Retorno (TIR) de 12% anual en USD después de impuestos. En ese entonces se rumoreaba que el Proyecto comprometería USD 3,000 millones lo que, en mi concepto generaría una TIR negativa en -3.2% o exigiría una imposible venta de 367 MB/DC, casi 4 veces la producción ampliada prevista.

Un informe de mayo 2017 elaborado por la Contraloría General de la República[5] reveló que se triplicó el costo del proyecto, pasando de USD 1,335 millones a USD 4,155 millones, monto que podría seguir incrementándose y que Petroperú no había explicado ni sustentado suficientemente.
En mayo 2019, el presidente de Petroperú, aclaró que el monto previsto para el Proyecto es de USD 4,700 millones sin considerar el costo del financiamiento, es decir, los intereses que pagará Petroperú por el dinero conseguido a través de la emisión de bonos. Un cálculo más cercano es proporcionado por el Econ. Manuel Romero Caro en que indica que superaría los USD 6,400 millones por mayores costos fijos, financieros, de mantenimiento y penalidades por retrasos.[6]

Considero que el elefante blanco de la Refinería Talara ha sido denunciado en el Perú una y otra vez, desde antes de su nacimiento, tratando de impedir tal engendro económico y alertando a los agentes políticos humalistas que con el dinero de los peruanos no se debería jugar.
Hemos sido decenas de voces las que nos hemos opuesto a un manejo tan, pero tan irresponsable. Sin embargo, tristes personajes peruanos han intentado de todo; han hablado de rentabilidad social, del número de trabajadores empleados en la obra, de sustitución de importaciones, etc.; con una facilidad y motivación dignas de mejores causas y exentas de conocimiento profesional.

Lo más importante del affaire se dio esta semana, cuando la Ministra de Economía y Finanzas, Srta. Maria Antonieta Alva ha manifestado (21/02/2020), a través de su cuenta de Twitter:

«Asimismo, expreso mi posición de creer firmemente que las empresas del Estado deben ser gestionadas de manera eficiente y auto sostenible, implementado estrategias que aseguren su viabilidad financiera en el tiempo … Informo que no era legal ni financieramente viable que el MEF efectúe un aporte de capital a Petroperú por USD 1,500 millones en el presente ejercicio fiscal. Un gasto de dicha magnitud no ha sido presupuestado ni aprobado en la ley»; esto ante las gestiones del Presidente de Petroperú que comentó en conversación «coloquial» que a la Ministra no le quedaba otra que asumir deuda de USD 1,500 millones de su empresa.

Por supuesto que coincido con que las empresas estatales deben autofinanciarse y no buscar eternamente los aportes en saco roto del Estado, como única forma de sacar a marchar al elefante blanco.  Dicho sea de paso, anteriormente, [7] el presidente de Petroperú había explicado que su solicitud de pasar la deuda de la empresa petrolera estatal al Tesoro Público no significaba encarecer el proyecto ni incrementaba la deuda pública.

Esperemos que la posición firme de la Ministra de Economía y Finanzas se mantenga y dejemos ya de asumir la tesis de que ya la inversión está muy avanzada, lo que se repite desde siempre sin que se haya tomado la decisión de tomar en ningún momento, la decisión de desinversión correspondiente. Y por supuesto debería sancionarse a los culpables de estos sueños de opio traducidos en defraudación al Estado peruano.





 [3] Véase también «La ampliación del billón»- 26/02/2007 https://cbedonrocha.blogspot.com/search?q=talara
 [5] https://www.contraloria.gob.pe/wps/wcm/connect/7e78849e-d100-4ea3-bc82-4d95480e0387/Boletin_Gestion_y_Control_N47_Refineria_de_Talara_Mayo2017_.pdf?MOD=AJPERES&


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