Docente UPC
“Vamos a
mellar la imagen del Perú, como un país ‘bananero’”
“El ministro de Vivienda, Carlos Bruce, le pidió al
Congreso resolver con mesura y con respeto al debido proceso pedido de vacancia
presidencial”
El Comercio 20/12/2017
“Mercedes Aráoz afirma que intento de
vacancia sería un golpe de Estado.
Agregó que un acto así “convertiría al Perú en un país bananero, en el cual todas las semanas estaríamos viendo a un presidente con la vacancia colgada en la cabeza”
Gestión 15/02/2018
Agregó que un acto así “convertiría al Perú en un país bananero, en el cual todas las semanas estaríamos viendo a un presidente con la vacancia colgada en la cabeza”
Gestión 15/02/2018
Las
últimas semanas, se viene debatiendo nuevamente la posibilidad de vacancia del
Presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK), faltándole más de 3 años para culminar
su mandato, y hemos visto florecer declaraciones muy débiles en contra de esta
posibilidad señalando que el Perú se convertiría en un país bananero, sin que
se llegue a tener una idea clara de lo que esta calificación significa, siendo
precisamente los miembros del Poder Ejecutivo, quienes usan este calificativo.
Wikipedia,
al alcance de todos, señala que una “república
bananera es un término peyorativo
para un país que es considerado políticamente inestable, empobrecido y
atrasado, cuya economía depende de unos pocos productos de escaso valor
agregado (simbolizados por las bananas), gobernado por un dictador o una junta militar,
muchas veces formando gobiernos forzosos o fraudulentamente legitimados.”
Definitivamente en nuestro país no llegamos a colectar todas las
características requeridas para merecer tan desagradable situación.
Para
el profesor chileno Luis Ortega (Universidad de Santiago de Chile) las
repúblicas bananeras eran literalmente pequeños países tropicales productores
de bananas, dependientes de las empresas estadounidenses. Señala igualmente que,
después, la calificación ingresó en el terreno político con un sentido más
amplio en el sentido de calificar a instituciones gubernamentales débiles y
corruptas, donde una o varias empresas extranjeras influyen en las decisiones
nacionales[1]
Para
contradecir lo manifestado por nuestros políticos oficialistas, hoy 15/02/2018
el diario Gestión nos informa que “Forzado
por su partido, Zuma renuncia a Presidencia”. Jacob Zuma era el Presidente
de la República de Sudáfrica (Sudáfrica), desde el 09/05/2009 y su renuncia se
produce “más de un año antes del fin
programado para el que era su segundo y último mandato”.
El
renunciante mandatario, de 75 años, tomó la decisión de renunciar además luego
que la opinión pública estuviera ampliamente a favor de su salida; se señala
que fue un Presidente testarudo y provocador que incluso señalaba que no había
ninguna prueba de que hubiera hecho algo mal. Conjuntamente con su renuncia el
14/02/2018, Cyril Ramaphosa fue elegido nuevo
presidente de Sudáfrica.
Ningún medio en el mundo ha señalado que por esta renuncia (que
definitivamente es una salida mucho más honrosa que la destitución o vacancia),
ha convertido a Sudáfrica), en un país bananero. Los buscadores Web no
encuentran ninguna relación entre ambos términos y la sucesión presidencial se
recibe con total normalidad. Y es que un país con instituciones sólidas y
mecanismos constitucionales vigentes para el reemplazo presidencial no puede ser
calificado como país bananero, como erróneamente nos amenazan en el Perú.
Acompaño algunos indicadores económicos comparativos entre
Sudáfrica y el Perú para comprobar que habría muchas más razones (si
pensáramos, líbrame Dios, como nuestros políticos criollos), para calificar a
Sudáfrica como país bananero:
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