Revisaba la presentación de Petroperú S.A. a la Comisión de Energía y Minas del Congreso de la República a raíz de la adquisición de las Estaciones de Servicio de Mobil por parte de Repsol YPF.
La había titulado “Venta del Negocio de Combustibles de Mobil a Repsol”. Considero, desde el título, un tratamiento inadecuado del problema pues no se trata de la venta de un negocio sino sólo de activos como son las Estaciones de Servicio materia de controversia. Y esto último no lleva necesariamente implícita la venta del negocio en sí, que incluye factores adicionales como la marca, los contratos de suministro, los contratos de adquisición de productos, la libre elegibilidad del proveedor, el logotipo, el manual de identificación, etc.
Ya en otra ocasión hemos comentado acerca de lo poco seria que podría significar para cualquier vendedor el recibir una intención de compra de parte de Petroperú en medio de la indefinición oficial sobre su papel futuro en la industria de hidrocarburos. Era similar a sus anuncios fantasiosos sobre compra de buques/tanque o camiones cisternas que nadie en ese momento podía tomar con seriedad. Por ahí encuentro lógica la desconfianza en la capacidad de la petrolera estatal para efectuar desembolsos en adquisición de puntos de venta y exagerada la protesta por haber Mobil seleccionado a otro comprador, habida cuenta además que ya mantenían en el Perú negocios conjuntos.
En la presentación oficial, Petroperú alcanza un cuadro detallando que sus ventas a MOBIL habían pasado de 6.1 MB/DC promedio en los años 2001/2003 a 17.0 MB/DC el año 2005. Casi el triple. MOBIL no es un agente nuevo en el mercado, menos aún era un líder de mercado en Estaciones de Servicio y lógicamente se deduce que los 10.9 MB/DC de mayor venta de Petroperú habían estado siendo comprados por MOBIL al otro gran proveedor nacional que es Refinería La Pampilla y para clientes distintos a las Estaciones.
La historia dirá posteriormente que sucedió el año 2004 para que Petroperú pudiera trasladar la preferencia de Mobil desde su socio La Pampilla hasta sus refinerías. Una serie de concesiones en precios, facilidades de pago, operación de oficinas de venta y descuentos son lógicas de presumir en el mercado mayorista de hidrocarburos para lograr este propósito. Y aquí una necesaria aclaración que faltaría sobre si estas mismas o similares condiciones habrían sido también aplicadas a otros distribuidores nacionales competidores.
La Memoria 2004 de Petroperú señala que dicho año alcanzó una participación de mercado de 53% habiendo aumentado sus ventas en 11% sobre las del año anterior. Lamentablemente este documento no presenta detalles volumétricos de su gestión de ventas (falta de la transparencia necesaria para que cualquier inversionista potencial pueda analizar seriamente el negocio), pero ya podemos imaginar lo que hubiera significado la participación de mercado de Petroperú si no hubiera adicionado las ventas mayoristas a Mobil. Y de paso todo el énfasis publicitario dado a las ganancias económicas en dicho año en que, según la Memoria 2005 del Banco Central de Reserva del Perú, logró un superávit de 162 MMS/., largamente superior a las pérdidas de 155 MMS/. del año 2003. Pero, todo esto ¿basarlo sólo en captar un distribuidor mayorista de La Pampilla? ¿Podía ser ésta una relación estable en el largo plazo? Definitivamente creemos que no.
Para la empresa estatal depender de un solo distribuidor que a mayo del 2006 tenía concentradas el 22% de sus ventas totales es definitivamente una mala estrategia comercial cuando existen más de 20 distribuidores a nivel nacional (¿recuerdan lo de poner todos los huevos en una sola canasta?).
Además, un distribuidor que, acorde a las cifras presentadas en el Congreso, aporta sólo 10.7% de sus compras (1.7 MB/DC), en gasolinas que la estatal tiene excedentes, no es un buen negocio pues lo que precisamente necesita Petroperú es potenciar sus canales de venta de gasolinas, tratando de incrementar este mercado que aún puede dar algo más en provincias.
Señala Petroperú también en su presentación al Congreso que “con la compra del negocio de combustibles de Mobil por parte de Repsol, la participación de mercado de Petroperú se reduciría de 51 a 39 % …lo cual afectará directamente la rentabilidad…”. Entonces ¿que teníamos debajo de la participación “tránsfuga” de Mobil? ¿Una caída enorme de la participación de mercado no explicada?. Por lo demás agregar a esto, otro error señalando que la rentabilidad se ve afectada es un error de concepto que un estudiante del primer ciclo de Economía no aceptaría.
La presentación al Congreso se remata con una declaración de Petroperú que dejaría de funcionar como el “regulador de precios” debido a que tendría menor participación de mercado. Y esto sólo para buscar el apoyo político a un tema de absoluta falta de fundamentación técnica.
Todos sabemos que Petroperú no cumple esta función en un mercado duopolizado y lo mejor es que no lo cumpla si es que lo va a cumplir partiendo de fundamentaciones políticas a las que lamentablemente está sujeta, las mismas que al final ocasionan distorsiones de mercado peores aún que cualquier falla que pudiera ocasionarse en libre oferta y demanda.
Un Estudio encargado por Petroperú en agosto del 2001, uno de los tantos que seguramente ha financiado Petroperú en los últimos años en búsqueda de opinión técnica que norme su comportamiento en escenarios de incertidumbre, le alcanzaba conclusiones que al parecer no ha tomado en cuenta.
Una de las conclusiones señalaba que “El común denominador en todos los países donde se ha producido la apertura de mercados y la desregulación del sector hidrocarburos, es que existe una mayor inversión privada en producción de petróleo y refinación de combustibles y ha mejorado la calidad del servicio y de los productos para proteger el medio ambiente”, cuando comentaba acerca de las experiencias privatizadoras en América Latina.
Añade además que “Todos los países examinados ajustaron los precios internos de los combustibles a paridad internacional y la definieron expresamente. Con esto se eliminó el elevado costo que representa para el Estado los subsidios y permitió el ejercicio de la competencia en la refinación, evitando que se conviertan en reguladores de precios”
Señala además “Sin embargo en el período 1999 – 2000 se aplicó restringidamente a PETROPERU el rol de regulador de precios cuando, aunque estatal PETROPERU es una empresa que legítimamente tiene que maximizar sus ingresos”. Igualmente, al tratar sobre el perfil competitivo de la Empresa, indica que “debe tenerse presente que el Estado no tiene ningún papel regulador de precios en el mercado de los combustibles, porque son bienes commodity y siempre existe la posibilidad de importar libremente”.
El tema de su papel regulador, de la política de precios que tendrá en este nuevo Gobierno y la forma como cumplirá el rol importante que se le desea asignar, son pues temas de impostergable determinación en la nueva administración de nuestro País.
Petroperú
Bedón
Perú
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