lunes, 10 de julio de 2006

PREPAREN SU COLITA PARA COMPRAR GLP EN LOS GRIFOS

El Diario Correo presentó esta semana una serie de sugerencias al Sr. Presidente electo. Su Director, Aldo Mariátegui, las titula “Recetas Instantáneas para Alan García”. La segunda y tercera de ellas tienen que ver con el precio del GLP y la intención de bajarlo, lo cual merece atención y debate. Más aún cuando connotados líderes del partido próximamente gobernante han manifestado preocupación con el tema del precio del GLP y hay ausencia de ideas de cómo lograrlo.

En la segunda de las recetas Correo propone que la manera más fácil de bajar el precio sería variando la comercialización actual masificando el uso de baloncitos de 3 Kgs a ser recargados a granel en cualquier grifo.

En el Perú la fabricación de cilindros se da en capacidades de 3, 5, 10, 15 y 45 Kgs, reglamentadas todas ellas por el INDECOPI a través de la Norma Técnica Peruana 350.011-1 publicada el 02/07/04. Por tanto, las características de fabricación ya están dadas. De la misma manera están normadas su comercialización y mantenimiento. Su demanda depende de las características del mercado que, en el caso peruano, se han inclinado mayoritariamente hacia el cilindro de 10 Kgs., como en otros países lo ha sido hacía los 15 Kgs (Chile). Imposiciones extra mercado como la colombiana hacía los 15 Kgs han sido rechazadas en la práctica por el consumidor.

La lógica comercial y económica apuntan, a señalar que, comparativamente, la fabricación de un cilindro de 3 Kgs de capacidad deba ser más cara que la de otro de 10 Kgs. Adicionalmente los gastos de mantenimiento, al tener una mayor frecuencia de utilización (el triple), serían también más caros que los de 10 Kgs. Su vida útil también resultaría menor al estar sometida a más cargas, recargas y manipuleo en el transporte. Todo esto significa costos adicionales.

Si lo que se espera es que la carga de un cilindro de menor capacidad cueste menos, nuevamente la lógica nos dice que a mayor peso contenido en un cilindro, se reparten de manera más económica los costos fijos. Un menor contenido en los cilindros (la tercera parte), implica también mayores costos.

La venta de cilindros sellados (la venta, no la carga), en las Estaciones de Servicio es una práctica que en nuestro país se ha generalizado. Las empresas envasadoras utilizan este canal de venta principalmente por ser lugares de condiciones seguras, en muchos de los cuales también se expende GLP a granel para los automóviles, por ser un servicio adicional al consumidor automovilista que puede encontrar un balón garantizado las 24 horas del día todos los días. Igualmente, los costos y las preferencias de los consumidores han hecho que el contenido generalizado puesto a la venta sea el de los 10 Kgs.

Sin embargo lo que no se consiente es la carga y recarga de cilindros en éstas Estaciones de Servicio. Si algunos operadores lo hacen, constituye una práctica ilegal, no reglamentada, insegura, ofensiva para el medio ambiente y de elevadísimo riesgo para todos los que concurren a la misma. Para esta labor de carga están reglamentadas precisamente las Plantas Envasadoras que cubren las condiciones de seguridad necesarias en la industria. Las Estaciones de Servicio abastecen combustibles líquidos, no GLP. Y las Plantas de GLP tampoco envasan Gasolina o Kerosene para venta en sus instalaciones. Así de ordenado, seguro y claro está y debe seguirlo estando el mercado.

Si lo que la propuesta busca es que con la sugerencia de vender a granel el GLP a “baloncitos” en las Estaciones tenga un precio menor se encontraría con que resultaría todo lo contrario. Estos serían más caros.

En la actualidad, el enorme incremento de ventas del GLP para uso automotor en las Estaciones de Servicio ha ocasionado que la mayor parte de ellas soporten una fuerte demanda de atención detectándose incluso colas de vehículos pues muchas de ellas no previeron que la demanda iba a crecer tanto. La propuesta introduciría a los consumidores con sus baloncitos en estas peligrosas colas.

“Ingrese a Perú por Tacna ciudad fronteriza que se parece un poco a Trieste, tranquila despejada con sol y muy nacionalista. En Tacna logré cargar el tubo de GLP. Esperaba de cargarla en una estación de servicio (aca la llaman grifo) pero lo cargan utilizando una bomba de mano y 2 garrafas (botellas para los PERUANOS) de cocina.” Este es el sorprendente relato que aparece en la Internet con el título “Perú. El mundo aparte” en el “Diario di Bordo di Bambi Rodante·” del 29/10/95 ( http://blog.paolozanaboni.com/index.php?d=09&m=06&y=06&category=6), con el que un asustado expedicionario italiano se encuentra nada más ingresando por nuestra frontera sur.

Algunas de las recomendaciones que se dan en las “Prácticas Comerciales Recomendables” de la World LP Gas Association (2001), y que tienen que ver con la modalidad sugerida dicen: “La estructura de precios de GLP en algunos mercados incentiva el uso de GLP automotriz para fines domésticos y comerciales… Se trata no sólo de una práctica indebida sino también peligrosa. Estas prácticas pueden provocar que el propano, que tiene una mayor presión de vapor que el butano, se surta en envases para butano, lo que puede causar una presión excesiva y finalmente, la falla del envase, con el consiguiente riesgo de lesiones a las personas y daños a la propiedad. Los surtidores automotrices no están diseñados para llenar cilindros domésticos y no deberían utilizarse con este fin. La conexión entre el surtidor y el envase no tiene un buen ajuste, lo que provoca la fuga del producto. La recarga ilícita de cilindros domésticos en Estaciones de Servicio es un riesgo para la seguridad e impide el mantenimiento apropiado de los cilindros…”.

Junto con la propuesta que hemos comentado figuran otras de venta con precio de paridad de exportación, lograr que el OSINERG financie la venta de los baloncitos, la construcción del gasoducto Pisco/Lima y la sugerencia que se obvie el proceso de conversión de vehículos a GLP y Gas Natural para utilizar sólo Diesel obtenido del proceso GTL (Gas To Liquid), y cuyo análisis exige de ocasiones adicionales.

Sin embargo, la propuesta de volver al grifo con mi baloncito para comprar GLP y que me vendan 1, 2 o 3 Kgs, no hace sino introducir factores de inseguridad y desorden que dudo mucho logren bajar los precios. A lo más me hacen recordar con nostalgia, épocas de mi infancia; en la que con mis hermanos debíamos turnarnos para acudir al grifo con nuestra “galonera” en la penosa e insegura tarea de hacer la colita para comprar Kerosene y llevarlo a casa.

Esperemos que una propuesta bien intencionada no llegue a ser aprovechada por quienes buscan ampliar las ventas de GLP en sus Estaciones de Servicio o Gasocentros o fletar mayor transporte desde las Plantas de Almacenamiento a través de sus camiones (ilegalmente calificados como Distribuidores por el Ministerio de Energía y Minas), y que prime más bien el bien común.

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