La insistencia de nuestros señores padres de la patria a un proyecto de Ley de Fortalecimiento y Modernización observado por el Ejecutivo les permite, por 61 votos a favor, 11 abstenciones y sólo 9 en contra (X. Barrón, M. Chávez, A. Flores Araoz, K. Francezca; M. Hildebrandt, L. Iberico, M. Moyano, R. Rey, R. Valencia), gozar de un régimen de excepción que la mayoría de peruanos ve con suma preocupación. Y que además es un desaliento para todas las otras empresas públicas de gestión eficiente que, a pesar de los controles estatales y sin los malos antecedentes de la petrolera, también gestionan y obtienen excelentes resultados económicos. Esta vez, se agrega a la Ley aprobada por el Congreso anteriormente de su no privatización (también observada por el Ejecutivo), esta otra que firmará (o ya ha firmado) el Sr. Marcial Ayaypoma.
A pesar que no vale llorar sobre la leche derramada estimo que debemos hacer un pequeñísimo comentario sobre dos aspectos de la Ley aprobada (cuyo texto definitivo aún no conozco); Uno la iniciativa a favor de Petroperú, que podría ser juzgada como inocente y la otra, un castigo injusto a Perupetro.
En relación a la primera hemos encontrado en todas las iniciativas legislativas que dan origen a la Ley (mayoritariamente sustentadas por la Célula Parlamentaria Aprista), una serie de errores de apreciación, mala asesoría recibida, información de sustento desactualizada y sesgada, verdades a medias y desconocimiento de la actividad petrolera. Todos estos son factores preocupantes para el comportamiento económico del próximo quinquenio debido a que provienen de los integrantes del Partido próximo a recibir el Gobierno.
Los Proyectos de Ley revisados, por ejemplo, omiten el análisis de los años cercanos en que la empresa estatal incurrió en pérdidas. No señalan que entre los años 2002 y 2003 tuvo un resultado económico negativo acumulado de 191 MMS/. Menos aún al también negativo resultado de los años 1999 y 2000 con un acumulado de 172 MMS/. Sólo señalan que el 2004 este resultado fue positivo en 162 MMS/. Y lógicamente que el 2005 se logró otro resultado positivo en 175 MMS/. al amparo de los altos precios de los hidrocarburos.
En el Proyecto de Ley 7764 que presentó el Sr. Congresista Jhony Peralta en agosto del 2003 indicó que Petroperú S.A. había tenido una utilidad neta de 90.2 MMS/. el año 2002 mientras que el Banco Central de Reserva del Perú indica que en ese año el resultado primario fue negativo en 19 MMS/. y el resultado económico negativo en 36 MMS/. (Memoria 2005, pp. 191). En base a ese comentario indica en el Proyecto que la Empresa no es deficitaria y que debe ser excluida de las modalidades de promoción de la inversión privada, pidiendo además que se incorporen a su Directorio un representante de los trabajadores y otro de los gobiernos regionales.
En el proyecto 9588 sustentado por el Sr. Congresista José Carrasco Távara, solicita que se excluya a Petroperú del FONAFE. Indica que la empresa estatal tiene grandes utilidades operativas, que aporta a través del Impuesto Selectivo al Consumo y que es la de mayor ingreso entre las empresas estatales. Como sabemos, no son las utilidades operativas la mejor referencia para calificar el rendimiento económico y financiero de una empresa. Por lo demás referirse a los grandes ingresos es sólo un tema numérico. Si vendemos combustibles a precios elevados, lógicamente los ingresos son elevados. No se señala nada sobre la progresiva pérdida de participación de mercado en combustibles de competencia (como las gasolinas y el Diesel), que es un mejor indicador de gestión comercial.
Como ilustración, baste señalar que Petroperú, obtuvo el año 2005 ingresos 5.2 veces mayores que Electroperú y su resultado económico fue inferior en 3 MMS/. a los de la empresa eléctrica. Mientras que Petroperú obtiene un margen económico positivo del 1.7% de sus ingresos, Electroperú obtiene 10.7%. En el 2005 los precios de las gasolinas subieron 9.2% y el Kerosene 21.0%, mientras que la electricidad bajó 2.5%. Petroperú efectuó gastos de capital por 194 MMS/. entre el 2001 y el 2005, mientras que Electroperú capitalizó 733 MMS/. (ambas empresas sujetas al FONAFE, el CONSUCODE y el SNIP)…..¿Cuál es más eficiente? ¿Conviene entonces también que se dicte otra Ley con nombre propio a favor de Electroperú?
En lo referente a la recaudación del ISC ya hemos referido en distintas oportunidades que ese argumento de recaudador del Estado no tiene ninguna seriedad. No se debe en nada a la gestión petrolera y ya es tiempo que nos deshagamos de tamaña sonsera. ¿O acaso le echaríamos la culpa a Petroperú que la recaudación por este concepto haya caído 19.2% en términos reales el 2005?
El segundo aspecto de la Ley aprobada para fortalecer a Petroperú se refiere a la desaparición de Perupetro y su absorción por la primera.
La Ley 26225 del 23-08-93 creó Perupetro encargándole promover la inversión en exploración y explotación de los hidrocarburos. La propuesta para su desaparición fue presentada el 15/03/02 en el Proyecto de Ley sustentado por los Srs. Congresistas Alejandro Oré, Jaime Velásquez, Hermenegildo Mena, Eduardo Carhuaricra y el mismísimo actual Ministro de Energía y Minas, Ing. Glodomiro Mejía.
La propuesta señala sin lugar a dudas, un castigo a Perupetro por no haber sido según los proponentes, eficiente en el cumplimiento de los objetivos de su creación. Incluyen un análisis completamente sesgado y absurdo que toma como referencia el período 1990 al 2000, incorporando incluso los años anteriores a su creación y omitiendo los últimos seis. Tampoco señalan que los cambios en la producción petrolera no se pueden dar de inmediato sino por lo menos cinco años después de celebrado un contrato.
Indican que son cinco los fracasos de Perupetro:
- La baja de la producción petrolera entre 1990 y el 2000 de 128.9 a 99.2 MB/DC. No consideran el factor de agotamiento de los pozos en la costa norte y zócalo norte. Igualmente omiten señalar en alguna propuesta revisada que la producción ha crecido 27.2% el año 2005 y 13.7% entre el año 2000 y el 2005. Ya no son los 99.2 MB/DC que señalan al cierre del 2000 sino 112.8 MB/DC el 2005, a pesar de una constante prédica de desaliento a las inversiones de riesgo como es la que se ha venido dando en el Congreso.
- Los autores de la iniciativa indican que las reservas de petróleo han bajado entre 1988 (5 años antes de la creación de Perupetro), y 1999 de 412 a 310 MMBls. En el análisis se omite que se refieren sólo a las reservas probadas, las mismas que a partir del 2000 empiezan a incrementarse hasta llegar a 379.3 MMBls el 2004. Bueno es señalar, también que estas mismas reservas fueron recibidas por el Gobierno que se inició en 1985 en un nivel de 636 MMBls dejándolas en sólo 382 el año 1990 (40% de caída). Tampoco tienen en cuenta que las reservas posibles se han duplicado entre 1988 y el 2004 llegando a más de 5,000 MMBls en este último año.
- Igualmente señalan el aumento del déficit en la Balanza Comercial de Hidrocarburos, el mismo que indican pasó de 53 MMUS$ en 1990 a 713 MMUS$ el 2000. Aquí el análisis es bastante grueso pues sólo debería considerase, en todo caso, el saldo de balanza comercial en petróleo crudo y no el total de crudo y derivados, pues no tiene nada que ver, por ejemplo la creciente importación de Petróleo Diesel 2 que el 2004 alcanzó los 443 MMUS$.
- Se menciona el número de pozos exploratorios, indicando como culpa de Perupetro que hayan pasado de 4 en el año 1990 a sólo 5 el 2000. No indican que los pozos de desarrollo se han más que duplicado entre el 2001 y el 2005 en que se contabilizaron 69. Tampoco se menciona que la actividad sísmica ha pasado de 936 Kms el 2001 a 5,230 Kms el 2005
- Finalmente, al criticar las inversiones en exploración indican que éstas han pasado de 41 MMUS$ en 1991 a 12 MMUS$ el 2000. Debemos de agregar, a lo señalado que en el 2004, las inversiones en exploración alcanzaron los 43 MMUS$.
Como ya dijimos, no vale llorar sobre la leche derramada o la Ley promulgada y la historia se encargará de dar su veredicto a las iniciativas legislativas que ponen ahora nuestro futuro energético, del lado del petróleo, en manos de la empresa de todos los peruanos, en medio de una enorme desconfianza que recae en quienes la han venido manejando con tanta ineficiencia y que ahora tienen ante si el reto de convertirla en una herramienta de desarrollo y al servicio de la Nación, sin estar sujetos a ningún control (ni siquiera el de la transparencia de su gestión). Tremendo reto y verdadera “bomba de tiempo” para la administración del Presidente García puesta por sus propios parlamentarios.
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