Para los economistas es bien sabido que las expectativas juegan un papel muy importante a la hora de elaborar pronósticos económicos de todo tipo. Imposible dejar de incluir en nuestro vaticinio[1] lo que piensan los agentes económicos, por ejemplo, sobre lo que estiman actualmente será el comportamiento del PBI peruano el año 2021.
El Banco Central de Reserva (BCR),
prevé una recuperación de la actividad económica el 2021 basados en «la normalización de la producción local, la
mejora gradual de la economía de nuestros principales socios comerciales y de
los términos de intercambio, una posición altamente expansiva de la política
monetaria, así como también del fortalecimiento de la confianza empresarial»[2].
Para medir esta confianza
empresarial es que el BCR realiza una encuesta mensual de expectativas macroeconómicas
sobre estimados de tasas de inflación, variación del PBI y evolución del tipo
de cambio a funcionarios del sistema financiero, analistas económicos y
ejecutivos de empresas no financieras, estamos seguros que con una muestra altamente
representativa.
La noticia de la semana para
muchos ha sido que el BCR elevó la proyección de crecimiento del Perú para el
2021 de 11.0% a 11.5%. “La recuperación
de la economía peruana viene con fuerza y más rápida que en otros países, y noviembre
pinta bien”, dijo el Presidente del ente emisor, Julio Velarde[3].
Esperamos todos que este mensaje alentador sea acertado, habida cuenta de la irresponsable
y desastrosa situación económica en que cerraremos el presente año.
Sin embargo, uno de los sectores
analizados en su encuesta por el BCR, el de las empresas no financieras, no
presenta el mismo optimismo. Como podemos ver en la Figura 1 este sector desde
hace 22 meses no excede su pronóstico de crecimiento del 4%, sin que conozcamos
una interpretación oficial sobre el asunto. Tengamos en cuenta que los tres
sectores analizados a través de encuestas por el BCR solían presentar estimados
muy parecidos durante todo el tiempo. Es recién a partir de marzo 2020,
coincidiendo con las medidas de confinamiento que el optimismo de las empresas
no financieras empieza a alejarse de los analistas económicos y empresas financieras
para legar a mostrar una irreductible brecha negativa que llega a los 5 puntos
porcentuales en el sondeo de noviembre 2020 con tendencia al incremento
conforme podemos apreciar en la Figura 2.
El hecho que los analistas
económicos y empresas financieras no estén valorando adecuadamente las expectativas
empresariales y que tampoco, al parecer, lo haga el BCR es preocupante en la
medida que se trata del sector más afectado de los tres encuestados. Imagínense
lo que sería si la encuesta considerará también las expectativas de los
trabajadores y consumidores.
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