lunes, 4 de junio de 2007

La intervención estatal en los precios de las gasolinas

Seguir manteniendo el subsidio a las gasolinas ha sido calificado de irresponsable por nuestro Presidente Dr. Alan García. Y por eso, el Fondo de Compensación de Combustibles, en lo referente a las gasolinas motor ha sufrido una reducción desde el 29/05/07 de 0.64 Nuevos Soles por Galón pasando de un promedio de 2.00 a 1.36 Nuevos Soles/Galón, con la lógica consecuencia de un aumento de 0.76 promedio en los precios ex refinería netos de impuestos, calificado por todos como un “gasolinazo” (en el caso de la gasolina de 97 octanos la disminución del subsidio es de 1.20 Nuevos Soles por Galón u 85%).

Las críticas y comentarios sin embargo mantienen los mismos defectos manifestados por nuestros gobernantes y analistas en esta y otras ocasiones. Se entremezclan los conceptos de alza internacional de precios del crudo y alza de productos derivados, que son y deberían merecer tratamiento separado. O se habla de crudos y de los márgenes de refinerías o se habla de variación de precios de productos terminados. Pero, por favor no ambos criterios.

Así, en la nota oficial de Andina se señala que nuestro Presidente de la República declaró "Por lo menos yo estoy cansado de artificialidades económicas, quiero que el país sepa la verdad y la verdad es que cuando el barril de petróleo llega a 72 dólares la gasolina tiene que subir”. Sin embargo, en agosto del 2006, estrenando su Gobierno y con el petróleo crudo WTI a un precio promedio mensual de 73.04 USD/Barril, aprobó una reducción del Impuesto Selectivo al Consumo de las Gasolinas bajándolo, en 0.25 Nuevos Soles por Galón ó 9.4%. Por el contrario, en mayo 2007 el promedio del crudo WTI fue de 63.98 USD/Barril (9.06 USD más barato), y sin embargo se produce un gasolinazo.

La declaración confunde más que aclara la situación pues debemos recordar que entre agosto 2006 y mayo 2007, el precio internacional de las gasolinas ha subido 22.2%. Como vemos, mientras el precio del crudo bajó más de 9 USD, la gasolina en cambio subió más de 9 USD por barril. Tampoco hubiera sonado lógico que el Presidente diga que “Cuando el precio del petróleo crudo baje, tendremos que subir el precio de las gasolinas”, pues el común de los mortales no lo entendería.

En todos los casos deberíamos dejar de buscar explicaciones en la variación del precio del crudo pues no la vamos a encontrar en un mercado cartelizado y más van a ser las confusiones que la claridad del debate.

Las explicaciones de las variaciones de precios de cada producto derivado del crudo deben ser buscadas en los precios internacionales de los mismos y no en la materia prima.

Llevar el comentario a la variación de precios por productos terminados y no por el precio del crudo nos significaría, por ejemplo descubrir que el precio internacional medio del Diesel 2 ha bajado 6.3% entre agosto 2006 (cuando el Gobierno bajó el ISC), y mayo 2007, a pesar de lo cual el gasolinazo reduce 28.6% su fondo de compensación y se sube el precio ex refinería sin impuestos en 4.7 %.

Nuevamente y ante el reclamo general por el gasolinazo, nuestro Presidente declaró igualmente que el Ministro de Economía y Finanzas ha propuesto “evaluar la modificación del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) que se aplica a los combustibles en reemplazo del Fondo de Estabilización de los Combustibles Derivados del Petróleo, como medida para evitar el alza en los precios internos”, según la agencia de noticias oficial antes referida. Sin embargo el 1 de junio se publica el Marco Macroeconómico Multianual 2008 – 2010, el mismo que estima incrementar la recaudación por ISC el año 2008 hasta los 2,554 millones de Nuevos Soles anuales (7% de crecimiento en la recaudación, a pesar que cada vez se venden menos gasolinas). ¿Cómo compatibilizar entonces menor ISC para que los precios no suban, con a la vez mayor recaudación por el mismo concepto?

El Gobierno ha apelado a una justificación que pensábamos era cosa del pasado, superada ya por la racionalidad económica y la libre fijación de precios. Ha señalado que debe gravarse más la gasolina de alto octanaje y menos la de 84 octanos. Explican que la de alto octanaje la utilizan quienes tienen autos último modelo mientras que la de 84 la usan los más pobres.

Bueno, los pobres consumidores de Gasolina 84 tributan anualmente por ISC 360 millones de nuevos soles y los que consumen las de 98, 97 y 95 octanos 111 millones de Nuevos Soles.

Además, los ricos consumidores de las gasolinas 97 y 98 (las de más alto octanaje), han consumido en promedio 5.5% menos en el primer cuatrimestre 2007 comparado con similar período del año pasado. ¿Por qué compran menos gasolinas si tienen tanta riqueza? Y los pobres consumidores de Gasolina 84 han consumido 6.7% más en similares períodos.

Parece que la política gubernamental no es muy consistente en estos casos y no cumple con la necesidad de gravar a los combustibles más contaminantes que dicho sea de paso no pagan ISC. El consumidor que adquiere un vehículo nuevo (no necesariamente lujoso), requiere un combustible de mayor octanaje pero contribuye enormemente a la menor contaminación del medio ambiente y además paga un impuesto municipal por haber comprado un auto nuevo e igualmente un mayor precio del combustible.

Por lo demás, en EEUU un galón de gasolina de grado Premium se comercializó a 3.33 USD/Galón en mayo del 2007, mientras que en nuestro país costó 4.55 USD/Galón (35% más cara).

Y esta desviación al pasado para hablar de pobres y ricos se une con otra tanto o más preocupante como es la de haber declarado, ante la amenaza de una protesta de los transportistas por la elevación del precio del Diesel 2, que "el Poder Ejecutivo enviará al Congreso de la República un proyecto de ley para declarar al transporte interprovincial como un servicio público y tenga que ser regulado. Antes lo fue y en la época del gobierno dictatorial se liberalizó absolutamente y lo único que se consiguió es tener competidores informales e ilegales, con ómnibus destartalados que ponen en peligro la vida de los peruanos y no garantizan los flujos y horarios correspondiente".

En el caso de los transportistas debe señalarse que desde noviembre 2004 se mantiene un precio medio de pasaje urbano en Lima de 1.21 Nuevos Soles, a pesar que en el mismo lapso el precio del Diesel 2 ha crecido 14.1 %, como resultado de un exceso de oferta. Regular el mercado sería, bajo estos antecedentes sólo subir los precios del combustible y de los pasajes, tremendo problema.

Esperemos que tras las declaraciones oficiales sobre regulación no se vislumbre peligrosamente una vuelta a la fijación de precios por el Gobierno.

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