El consumidor peruano de hidrocarburos ganó enormemente cuando nuestra legislación inició la exigencia de aprobar una metodología de cálculo de precios de referencia, así como la obligación de mantenerlos actualizados a través de la Web del OSINERGMIN, obligación que se cumple semanalmente los días lunes desde el 31 de marzo del 2003.
La información así calculada facilita la transparencia en el mercado, transparencia que hace apenas algunos años era inexistente y reclamada; Los vaivenes de las políticas de precios y las diferentes formas de aplicar el Impuesto Selectivo al Consumo (monto fijo, porcentaje del precio, escalado con la inflación, exonerado del ISC, etc.), obligaban poco menos que a adivinar cual sería la tendencia de los precios en el mercado interno y esto no es conveniente en una economía en pleno desarrollo como la nuestra y que requiere de indicadores claros sobre la evolución futura de variables tan difíciles de manejar como el precio para una gestión estratégica de los negocios.
De esa manera se planteaba, al iniciarse la publicación de los precios de referencia, que el más común de los mortales pudiera saber como nos comparábamos con precios de otras localidades y si en el país había ganancias exageradas a través de los diferentes eslabones de la industria de los hidrocarburos. Igualmente se fueron introduciendo en el habla cotidiana diferentes conceptos de nuestra jerga, tales como la paridad de importación, la paridad de exportación, el precio de referencia Mont Belvieu, el precio del crudo WTI, etc.
Este hecho sin embargo no significa que todos los ahora petroparlantes conozcan exactamente a que se refieren cuando utilizan la terminología que la transparencia les está ofreciendo.
Todo esto porque recientemente se vuelve a tocar en los medios el tema de la fijación de los precios de referencia y se habla que no debe usarse el precio del crudo WTI para el cálculo de los precios de referencia (sino el de los crudos ecuatorianos) y que el flete no es desde el Golfo (sino desde puertos ecuatorianos), y que nuestro crudo en el Norte es de calidad semejante a la del Brent y que éste se ha vuelto más caro (desde abril), que el WTI no sirve para calcular precios y así sucesivamente se sigue hablando sobre el precio del crudo.
La Nota de Prensa del Ministerio de Energía y Minas (07-06-07), contribuye a la confusión reinante señalando que el Comité de Administración del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles se reunirá para evaluar la situación respecto “al alza del precio del petróleo” agregando que es para “ver el comportamiento de los precios de las gasolinas y el petróleo diesel”. Se mezclan aquí materia prima y productos terminados que son mercados completamente diferentes. Un poco más de lo mismo: la misma Nota oficial del citado Ministerio dice que “el Gobierno dejará libres los precios de los combustibles aunque así lo establece la ley”. Es decir, peor no podría haberles salido. Ni jugando contra su propio arco, le podrían haber puesto en boca del Sr. Ministro que habría dicho que no cumple con la Ley de la libre fijación de precios.
Refuerza Andina, la agencia oficial de noticias del Gobierno, cuando señala el mismo día que “el Ministro de Energía y Minas, Juan Valdivia, afirmó hoy que existe la posibilidad de que en las próximas tres semanas las refinerías incrementen el precio de los combustibles si no se inyectan nuevos recursos al Fondo para Estabilización del Precio de los Combustibles Derivados de Petróleo, y no disminuye el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC)”. Y, para remate, en la misma Nota indica que el Sr. Ministro “Comentó que a la fecha el atraso en el precio interno de los derivados, comparado con la cotización externa del crudo, está entre seis y ocho por ciento”.
Y a toda esta mazamorra informativa agréguele usted que el 7, el mismísimo Ministerio en otra Nota de Prensa dice que no dijo lo que dijo, afirmando que los precios de los combustibles son libres según la Ley y que el Ministerio no fija precio sino maneja un Fondo de Estabilización, explicación que no hace sino ratificar que en efecto los precios de los hidrocarburos han dejado hace muchísimo tiempo de tener precios libres por la intervención estatal. No calificamos aquí si buena o mala pero intervención al fin, intervención que cuando se morigera determina que las refinerías suban sus precios.
Siempre nuestra recomendación ha sido porque nos se entremezclen explicaciones de modificaciones de precios de derivados a partir del precio del crudo sino que cada derivado tiene su propio comportamiento.
Igual insistimos que no es conveniente para el Gobierno hablar ante los medios sobre atrasos o adelantos de precios a partir de precios de referencia, encargo más bien para los propios productores o importadores, pero no para que las altas autoridades señalen que los precios tienen tal o cual atraso. No, ese es un tema de los técnicos y sus empresas productoras, pero no de nuestros gobernantes.
Insistimos igualmente en lo sumamente peligroso que resulta que la administración de abonos a las refinerías se haga sobre los mismos precios de referencia a los que nadie respalda sino el propio autor de las formulas de cálculo (el MINEM). Nos sentiríamos enormemente apenados si con el transcurrir del tiempo se decide investigar técnicamente (o no), sobre estas compensaciones y se sancionen (quizá con exageración), errores de cálculo y que estos se moneticen. En este caso nuestra recomendación en la que insistimos es que el Gobierno maneje (como ya se ha hecho anteriormente), el Impuesto Selectivo al Consumo hacía arriba o abajo observando su impacto en el precio final, pero no con retribuciones calculadas teóricamente y que implican un serio riesgo para el futuro.
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