lunes, 2 de enero de 2006

ISC: ESTAMOS PARCHES

Economista César Bedón Rocha
2 de enero del 2006


La aplicación en nuestro país de la eliminación de aranceles a la importación de hidrocarburos del Pacto Andino a partir de este 1 de enero, se suponía que resultaría en un beneficio para el consumidor peruano. Esto resulta así por cuanto la aplicación de las productoras locales de la teoría de la paridad de importación para fijar sus precios internos incorpora el efecto arancelario en sus estructuras de precios.
El Ministro de Economía y Finanzas acabó con este sueño, al indicar que por efecto de esta eliminación arancelaria el Estado dejaría de percibir cerca de 100 millones de US Dólares anuales y que para no afectar la caja fiscal se incrementaría el ISC a fin de “compensar en parte” esta merma.


En el caso del kerosene y el Diesel 2 el impacto de la carga arancelaria en la estructura de precios internos es de un ponderado de 0.59 Nuevos Soles por Galón. En el caso de los Petróleos Residuales es de 0.34 Nuevos Soles por Galón (a pesar que no importamos sino que todo lo contrario, somos exportadores).

La jugada ha sido la siguiente:

El Estado ha incrementado el ISC al Kerosene y Diesel 2 en 0.44 Nuevos Soles por Galón. De esta manera se asegura un mayor ingreso superior a los 100 millones de Dólares (descontando las exoneraciones de las generadoras eléctricas). Así las cosas no dejan de recibir un céntimo de su recaudación general. Por el contrario es posible que aumente pues no todo el kerosene y Diesel 2 son importados. Aritmética simple.

La empresa petrolera estatal “para que no se afecte al público” ha reducido su precio pero no en los 0.59 que incorporaba en su estructura sino exactamente en los 0.44 Nuevos Soles por Galón que el Estado ha incrementado el ISC: ESTAMOS PARCHES.

Y de pasadita las productoras se quedan con 0.15 Nuevos Soles por Galón, más de 40 millones de US Dólares al año que debieron descontar.

En el caso de los Petróleos Residuales nadie dice nada. Las estructuras de precio en el mercado interno, como ya hemos señalado, incorporan 0.34 Nuevos Soles por Galón por efecto arancelario que ahora debería desaparecer, cifra que equivale a 43 millones de US Dólares al año. Además que en el mercado interno se comercializan con precios muy por encima de los de exportación. En este caso como el Estado no cobraba ISC ni lo ha restituido pues entonces, tampoco la productora estatal ha disminuido sus precios.

Creo que no existe ninguna excusa técnica aceptable para incrementar como se ha incrementado el ISC, aludiendo a una menor recaudación futura del impuesto ad valorem a la importación, sin que se nos haya proporcionado también las cifras sobre la mayor recaudación por un IGV aplicado sobre mayores precios de los hidrocarburos (incremento de más de 60 millones de dólares al año), así como el mayor ingreso por impuesto a la renta y los mayores ingresos por impuestos a las exportaciones. Coger sólo una parte del fenómeno para alcanzárselo a la prensa y justificar el incremento de impuestos es poco transparente y no abona a los cambios que reclamamos. Es precisamente en estas épocas de mayores ingresos cuando se pueden ejecutar los cambios estructurales que en otros momentos no pueden efectuarse. Sin embargo no se hacen.

La recaudación del ISC a los combustibles pasó en el Perú de 1,935 a 2,905 millones de Nuevos Soles en los períodos enero/noviembre 2000/2005 (un 24% de crecimiento en moneda corriente), aunque su aporte a los ingresos totales del Gobierno Central bajó de 8.1 a 6.6% en los mismos períodos.

Creo que el apresuramiento con que se ha tratado el tema nos ha privado a los consumidores peruanos de gozar con alguna reducción de precios producto de una desgravación arancelaria.

Pero, si lo que buscaba el Ministerio de Economía y Finanzas era mantener el anti técnico ISC y no quedaba otra opción, entonces creo que debió gravarse con por lo menos 0.30 Nuevos Soles por Galón a los petróleos residuales que son los productos más contaminantes de manera de obligar a las productoras a bajar en una cantidad similar o disminuir el impacto en un ISC ya de por sí enorme para el Kerosene de 2.21 Nuevos Soles por Galón. Otra forma hubiera sido también bajar el ISC de las gasolinas, todo esto en orden de la política de gravar más a los combustibles más sucios; sin embargo continuamos gravando más a los que menos contaminan. Y, como siempre, el consumidor no tiene vela en este entierro.

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