viernes, 18 de abril de 2025

2024: “El año increíble” [i]

 

En el reciente curso “Gobernanza anticipatoria y Prospectiva Legislativa” (abril 2025), organizado por la CEPAL, se contó con la participación de Daniel Zovatto, quien expuso sobre “América Latina: Contexto global y regional, riesgo político y tendencias electorales al inicio de un nuevo súper ciclo electoral”. Este “súper ciclo” hace referencia al alto número de procesos electorales presidenciales y legislativos desarrollados en la región entre 2021 y 2024. A partir de su intervención, destaco y comento tres aspectos del panorama general que considero especialmente relevantes para nuestro país.


1. Democracia Híbrida

El Perú forma parte del grupo de países que actualmente se clasifican como “democracias híbridas”, junto con México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Ecuador y Bolivia. Esta categorización proviene del Índice de Democracia 2024, elaborado por la revista The Economist[ii] que agrupa a todos los países en cuatro tipos de regímenes: democracias plenas, democracias defectuosas, regímenes híbridos y regímenes autoritarios.

Por segundo año consecutivo, el Perú permanece en la categoría de régimen híbrido, lo que indica la presencia simultánea de elementos democráticos y autoritarios. No se nos considera ni una democracia plena ni defectuosa, pero nos ubicamos peligrosamente cerca de los regímenes autoritarios. Según el informe, esta situación se manifiesta en gobiernos que mantienen estructuras democráticas formales —como elecciones y división de poderes— pero que en la práctica consolidan el control del poder mediante mecanismos autoritarios. Es lo que algunos definen como una “democracia de fachada” o una “democracia popular”, donde las instituciones funcionan más como legitimadoras que como fiscalizadoras del poder.


2. “La democracia no se come”

La expresión “hechos y no palabras”, que recuerda el pasaje bíblico de 1 Juan 3:18 —“Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad[iii]—, ha sido utilizada en distintos contextos para destacar la necesidad de acciones concretas. En el caso peruano, una de sus versiones más crudas se atribuye al expresidente Manuel Odría, quien decía: “La democracia no se come”, como una justificación de su gobierno autoritario y del inicio del populismo moderno en nuestra política. [iv]

Esta frase, más allá de su contundencia retórica, refleja una percepción aún vigente en amplios sectores de la población: que las formas democráticas no garantizan una mejora en la calidad de vida. De hecho, el Latinobarómetro 2023 revela que el Perú encabeza el nivel de insatisfacción con la democracia en América Latina: un 90% de la población considera que los partidos políticos no funcionan bien, frente a un escaso 9% que opina lo contrario.


3. Inseguridad Política

En cuanto al riesgo político, el panorama no es más alentador. Según el estudio Riesgo Político en América Latina (enero 2024), un preocupante 49% de los peruanos estaría de acuerdo con la afirmación: “No me importaría que un gobierno no democrático llegara al poder si resuelve los problemas”. Esta posición es análoga a la tristemente célebre frase: “No importa que robe, con tal que haga obras”, que sintetiza una cultura política permisiva frente al autoritarismo y la corrupción.

Por otro lado, solo el 48% de la población peruana cree que el Estado de Derecho es fuerte y se mantiene en pie, según el Índice de Estado de Derecho 2024 del World Justice Project. Esto contrasta con el mandato constitucional establecido en el artículo 43° de nuestra Carta Magna, donde se define al Perú como una “república democrática, social, independiente y soberana” con un gobierno “unitario, representativo y descentralizado”, basado en la “separación de poderes”.

A pesar de esta declaración de principios, el Estado de Derecho en el Perú ha sido sistemáticamente debilitado, tanto por prácticas corruptas como por la opacidad en procesos clave, como el nombramiento de magistrados y altos funcionarios. La desconfianza en las instituciones, sumada a la percepción de que la legalidad puede ser negociada o ignorada, contribuye a esta sensación de inestabilidad.


Reflexión final

El año 2024 ha sido, sin duda, un año increíble: no solo por la cantidad de procesos electorales que redefinieron el mapa político de la región, sino también porque evidenció las fracturas estructurales que afectan nuestras democracias. En el caso peruano, los datos y percepciones muestran una ciudadanía cada vez más desencantada con el sistema, dispuesta a sacrificar formas por resultados, y atrapada en un ciclo de inseguridad política, debilidad institucional y desencanto democrático. Urge, por tanto, repensar la política, renovar liderazgos y fortalecer el pacto democrático con hechos, no solo con palabras.


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[i] En 2024, The Economist caracterizó el año como “increíble” debido a lo retador y complejo que se desarrolló, pleno de una serie de eventos políticos sorprendentes que ocurrieron a nivel mundial, con una geopolítica turbulenta y un alto nivel de incertidumbre. Eligio a Bangladesh como el “país del año” por su notable progreso y mejora en dicho año.

[ii] The Economist es un periódico que se publica semanalmente en formato de revista impresa y diariamente en plataformas digitales . Publica artículos sobre economía, negocios, geopolítica, tecnología y cultura. Escrito y editado principalmente en Londres , cuenta con otras redacciones en Estados Unidos y en importantes ciudades de Europa continental, Asia y Oriente Medio. El periódico prioriza el periodismo de datos y el análisis interpretativo sobre la información original , lo que ha recibido críticas y elogios.

[iii] “Res non Verba” (Hechos no Palabras) fue una frase acuñada en la antigua Roma para rechazar a los sofistas que pretendían engañar al pueblo con discursos bonitos y falaces.

[iv] Javier Diaz-Albertini https://revistas.ulima.edu.pe










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