Año IV - Edición 21, Julio - Agosto 2008
¿Acaso no hemos sido testigos de cómo semana a semana se pedía recursos al MEF como única salida, sin nada de creatividad que pudiera evitar ahondar las brechas sociales?
¿No se habló acaso que no era subsidio sino un precio “asistido”? ¿Y acaso no ha sido motivo de un desmesurado optimismo el decir que en el Perú habíamos encontrado la fórmula mágica que nos abstraía de la crisis internacional? ¿Acaso no es cierto que se confió y se le dijo a la población que los incrementos de precios eran sólo estacionales y que, así como subían en invierno ya bajarían en verano? Y así, se cogieron con inusitado entusiasmo del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles Derivados de los Hidrocarburos (FEPC), promoviendo esta panacea hasta el extremo de hacerla pasar como de su invención y no del Gobierno anterior como efectivamente fue. Hasta se dieron comparaciones equivocadas de crecimientos de precios mayores en el extranjero y proclamar supuestas bajas en el nuestro durante el Gobierno actual. ¿Esta era la conducta que había que establecer entre los peruanos?
Con una quimérica esperanza, nuestros gobernantes esperaban que los precios bajaran para que se les devuelva lo que ya venían comprometiendo cotidianamente. Pero, terca Economía, eso no se dio. Igual el MEF al cambiar de titular ha señalado que “el costo del fondo, que es aproximadamente de 2,000 millones de soles, equivale al costo de todo el gasto social que ha tenido el Gobierno en programas focalizados” [1]
¡Qué vergüenza!
Como si no la hubiéramos conocido y advertido desde un principio, la naturaleza de subsidio ciego que tenía el FEPC, hoy día los técnicos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), a los cuatro años de vigencia del mecanismo, señalan que “según sus estudios, por cada 100 nuevos soles gastados en los subsidios del fondo sólo cinco llegan a las personas de menores ingresos”
¿Y entonces a quienes ha subsidiado el Gobierno? ¿a los de mayores ingresos? Agrega el MEF que “un análisis realizado por este sector, con ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI), determinó que el FEPC se ha convertido en un subsidio que no beneficia a las familias de menores ingresos”. Me queda sin embargo el sinsabor que el MEF diga políticamente que “En un análisis de calidad del gasto se tiene que decir qué es lo prioritario: un subsidio ciego (el fondo) o un subsidio focalizado a través de programas sociales”, pero si esto no requiere un análisis profundo y no veo donde exista la disyuntiva: Todo el Perú reclama apoyo a los programas sociales para salir de la pobreza.
“En el estudio hemos encontrado que este subsidio a los combustibles es altamente reversible, ya que el 20 por ciento de los hogares más ricos recibe ocho veces de lo recibido por los hogares más pobres”, subrayó (para remate) el MEF. No fue la oposición la que lo dijo sino el propio MEF auxiliado por el FMI.
¿Y ahora que hacemos? Como dice mi hijo Sebastián cando se agota la provisión de propuestas de diversión infantil.
En Setiembre de 2004, cuando se creó el FEPC, el precio del petróleo crudo se había presentado con tendencia al alza. Sólo en los últimos doce meses, como se puede ver en el siguiente gráfico había crecido 56%, pasando de 28.8 a 44.9 USD/Bl. Sin embargo el Decreto de Urgencia Nº 010-2004 creó el FEPC señalando en sus considerandos como un hecho “la imprevisible fluctuación de los precios en el mercado internacional del petróleo crudo y sus derivados”. En realidad no era imprevisible ni había existido ninguna fluctuación (oscilación), sino sólo suba. Igualmente en su Art. 1º decía que la finalidad del FEPV era “…evitar que la alta volatilidad (inestabilidad), de los precios del petróleo crudo y sus derivados se traslade a los consumidores…” De sobra se tenía que haber sabido que la única forma para que el incremento internacional de los precios no se traslade a los consumidores en un mercado de precio libre era interviniendo en el mercado, mediante el subsidio a los productores e importadores para que no incrementen sus precios al consumidor y le pasen la factura más bien al Estado.
El 14-09-04, con una vigencia de 180 días y por un monto de 60 millones de nuevos Soles se inició el FEPC con el Decreto de Urgencia Nº 010-2004, “con cargo a dar cuenta al Congreso”. Pues bien, el FEPC tiene ya casi 4 años de vigencia y se ha señalado que seguirá todavía, por lo menos este 2008. Los 60 millones estimados inicialmente se han multiplicado por 40. Decía nuestro Presidente el 03-01-08 que sólo Dios podía saber cual sería el precio del petróleo pero que el alza a 100 dólares no tenía porque preocupar a la población peruana pues aseguró que se habían tomado todas las medidas para revertir este problema.
Como se puede ver en el gráfico anterior, si bien como ahora se señala, no se podían adivinar los precios futuros, era imposible que los precios pudieran bajar. Otro factor importante que se tiene siempre en cuenta es por el lado de la oferta mundial. En este caso, las reservas probadas mundiales habían venido decreciendo desde el año 1988 de 42.6 a 41.7 años de consumo el año 2003 y la capacidad de refinación mundial en los años 2002 y 2003 se había prácticamente estancado en 83.5 millones de barriles día calendario.
Finalmente, se ha señalado con sesgo que desde el año 2004 el Fisco ha recaudado 7,690 millones de Nuevos Soles incrementales por concepto de IGV a las importaciones y compras locales de crudo y derivados [2] equivalente a casi 4 veces el monto contingente del FEPC, justificando así que se pudieran destinar durante los próximos años parte de lo que se recaude por IGV a manera de redistribución. Es decir, más de lo mismo: Que siga el subsidio, pero “focalizado”, como si eso se pudiera hacer en los hidrocarburos (recuerden sino el enorme problema de los precios diferenciados del kerosene doméstico y el industrial). Y más grave no se dice que, en el balance no sólo se debe poner el mayor ingreso por IGV sino también la menor recaudación por el Impuesto Selectivo al Consumo estimada en una merma de 4,000 millones de Nuevos Soles entre el 2004 y el 20008 con lo que efecto IGV queda prácticamente anulado con los compromisos del FEPC más la menor recaudación del ISC.
Es más, si los precios locales se formulan a paridad de importación y se comprometen subsidios para llegar a ese precio como costo de oportunidad ¿porque no aplicar ese mismo criterio económico a los mayores ingresos por IGV?, en cuyo caso estoy seguro encontrarían mejores usos en el país que subsidiar la gran minería, la generación eléctrica o las actividades pesqueras.
[1] Declaraciones a la agencia de noticias ANDINA el 07-08-08 del Director General de Asuntos Económicos y Sociales del MEF, Javier Kapsoli http://www.andina.com.pe/Espanol/Noticia.aspx?id=3xTNSZC/Zn8=
[2] Price Waterhouse Coopers “Recaudación del Impuesto General a las Ventas en Relación con el Fondo para la Estabilización de Precios de Combustibles Derivados del Petróleo” (30-06-08).
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