jueves, 26 de enero de 2023

Hablando de la Pobreza en el Perú: ¿Qué combustible utilizan los pobres extremos para cocinar?

 

Una muy interesante publicación del INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática) de mayo 2022, la constituye su Informe Técnico «Evolución de la Pobreza Monetaria 2010 – 2021»,  en que se reúne una vasta información sobre pobreza monetaria y otros datos relacionados provenientes de las Encuestas Nacionales de Hogares de cada año.

INEI garantiza que la información proporcionada es de «calidad, transparencia y confianza de la información en el campo de la medición de la pobreza».

En mi concepto, un indicador de pobreza debe ser el tipo de combustible utilizado para cocinar en los hogares, principalmente de ubicación rural (en los días en que se cocina). Indudablemente que un crecimiento porcentual en el uso de combustibles limpios y una disminución en el consumo de combustibles contaminantes en todos los hogares, pero de preferencia en los hogares pobres, es indicativo de superación en las condiciones de pobreza.

Por ello señalar, como equivocadamente lo hacen algunos analistas, más políticos que analistas, que en 200 años no se ha avanzado nada no tiene ningún asidero, cualquiera que sea el ángulo desde el que se analice. En este caso veo el combustible para cocinar.

En el período 2001 – 2011 se registró en el Perú un crecimiento promedio anual del PBI Per Cápita de 10.3% anual en USD corrientes. En este lapso como puede observarse se produjo pues un robusto crecimiento económico acompañado de un equilibrio externo, una baja inflación y habiendo alcanzado el codiciado «grado de inversión». Por ello resulta interesante revisar, valiéndonos de la información del INEI, lo que pasó en el siguiente período 2010 – 2021 con el combustible usado para cocinar. Me he enfocado solo en el segmento de pobreza extrema por ser el más indicativo.

Lo más destacable es la baja de 36.5 p.p. (desde 68.9% el 2010), en el consumo de leña. A pesar que aún la consume casi un tercio de esta población extremadamente pobre a la que debe ingresar el GLP con más agresivos programas.

Igualmente vale rescatar el importante avance de 10.8 p.p. en los consumidores de gas  e igualmente en el crecimiento de 35.4 p.p. en el de los consumidores que combinan el consumo de gas, aún, con otros combustibles, probablemente en espera de campañas de educación sobre los perjuicios para la salud de la utilización de combustibles sólidos.






No hay comentarios.: