La Web del OSINERG nos presenta los resultados de una encuesta aplicada en el primer trimestre del 2005 entre las empresas que en nuestro país efectúan actividades de exploración y explotación de hidrocarburos. La sustenta, creo que con acierto, en la necesidad de conocer de boca de los propios actores cual es su percepción sobre su propio desempeño ambiental y la importancia que le brindan, tema por demás importante para lograr un desarrollo acorde con los tiempos modernos que exigen un compromiso serio con nuestro habitat.
Que el OSINERG incursione en temas como recoger y publicar la opinión pública es una buena iniciativa que debemos saludar. Es el propio tema de las percepciones, como fenómeno eminentemente subjetivo, el que ha posicionado en la protección del medio ambiente al OSINERG sólo como sancionador de delitos pero no en la pro actividad, para la que esta iniciativa es un buen primer paso.
Que el OSINERG incursione en temas como recoger y publicar la opinión pública es una buena iniciativa que debemos saludar. Es el propio tema de las percepciones, como fenómeno eminentemente subjetivo, el que ha posicionado en la protección del medio ambiente al OSINERG sólo como sancionador de delitos pero no en la pro actividad, para la que esta iniciativa es un buen primer paso.
Nuestro país viene experimentando un notable incremento de las actividades de exploración y explotación de los hidrocarburos durante el último año. Al mes de abril del 2006 manejamos 46 contratos, mientras que en el mismo período del año pasado este número era 32, el mismo número del año 2000. En lo referente a pozos exploratorios y de desarrollo perforados el número más que se duplicó al pasar de 36 el 2001 a 74 el 2005. Este incremento de la gestión y el que se viene, luego de la etapa de maduración de los proyectos merecen la preocupación ambientalista.
Un primer detalle interesante que surge de la encuesta se refiere al origen de las empresas que invierten en nuestro país en estas actividades. Contrariamente a la percepción que se tiene sobre que son empresas de países desarrollados las que se encuentran operando, se tiene que la mayoría (56%), provienen de países en vías de desarrollo. Sin embargo debe tenerse presente también que el total de empresas que señalaron haber sido sancionadas en los últimos 5 años por incumplimiento de normas ambientales pertenecen a países en vías de desarrollo.
Tampoco son empresas de gran ramificación en el mundo. El 47% cuenta con una sola filial (entre ellas empresas de capital nacional).
Un 58% de las empresas encuestadas califican la actividad del Estado frente a problemas ambientales de los hidrocarburos como que éste ha hecho “mucho” y “lo adecuado”.
La encuesta verifica lo que todos conocemos y es que el problema del agua es el principal problema ambiental tanto en su calidad como cantidad actualmente y a futuro. Casi el 50% de las encuestadas opina así. Por lo demás, el 42% considera que los mayores gastos por cuidar el medio ambiente son derivados del agua. En segundo lugar, que duda cabe, se ubica la enorme preocupación por el cambio climático que es para una tercera parte de las encuestadas el problema más importante en el futuro.
Para el 41% de las encuestadas el Estado debe evitar la duplicidad de funciones y responsabilidades entre sus entidades, lo que puede lograrse con una mayor coordinación. No deja de llamar la atención que para un 27% es una urgencia contar con funcionarios conocedores de la realidad petrolera y que cuenten con criterio, señal que indica que no es mucho lo que se ha avanzado en este aspecto. Parece que el sentido común es lo menos común entre los que supervisan las labores de las empresas petroleras. He aquí un importante tema que debe resolver el regulador pues si las trabas burocráticas y las duplicidades pueden ser gravitantes, lo es tanto o más el que no contemos con funcionarios comprometidos con la inversión. Son una mala recomendación para quienes deseen aportar en el futuro. Este porcentaje debería ser objetivado para su desaparición total en el corto plazo.
Tres son los pilares, con participación muy semejante, que indican las empresas petroleras orientan su accionar y que son el desarrollo sostenible (38%), el cumplimiento de las normas (33%) y la seguridad y prevención (29%).
El 55% de las encuestadas reclaman reglas claras que proporcionen seguridad a los inversionistas. Este consideran que es el principal incentivo para la inversión, superior incluso a los incentivos económicos. Un claro mensaje para quienes desde posiciones extremas piden la modificación unilateral de las reglas del juego.
En lo referente al ISO 14001 un 69% de las empresas indica que el mismo no constituye un incentivo para sus empresas. Preocupante también este dato. Si bien la adhesión empresarial al sistema es voluntaria, considerábamos que las empresas petroleras que operan en nuestro país estaban convencidas que era una herramienta de gestión sistemática y valiosa y que debía estar interactuando dentro de la organización empresarial; pero la respuesta mayoritaria deja muchas dudas y marca un camino a seguir para convencerlos que el mundo globalizado no acepta empresas que no se comprometan con la protección del medio ambiente. Más preocupante aún cuando la gestión bajo el ISO 14001 debe ser impulsada por los Gerentes que contestan la encuesta. Sin embargo se rescata el comentario que las empresas consideran que han avanzado mucho en la planificación y control de emisiones, agua de producción y residuos.
Quizá derivado del tamaño de la inversión de cada empresa, se obtienen resultados tan disímiles como que para menos del 10% de las encuestadas los gastos en medio ambiente afectan menos del 1% de su presupuesto, mientras que para el 47%, este porcentaje llega a un importante “más del 5%” (yo estimo que el gasto ponderado alcanza el 5.2%).
Ninguna de las encuestadas considera que cumplir con las normas de medio ambiente tiene efectos negativos para la empresa y la sociedad sino que por el contrario, una gestión ambiental adecuada genera una mejora de la imagen y la mejora de la productividad al mejorarse las condiciones de trabajo y evita problemas con las comunidades reforzando buenas relaciones.
Lo que seguramente ha sido motivo de satisfacción para el OSINERG ha sido que los encuestados hayan calificado su labor con una moda (calificativo más frecuente) de Buena.
Para quienes lo duden, el 63% de las encuestadas considera que las comunidades siempre o casi siempre reconocen los esfuerzos que realizan a favor del medio ambiente. El 37% restante considera que nunca o casi nunca existe este reconocimiento.
A diferencia de lo que sucede en el caso minero, un pequeño 3% de las empresas petroleras consideran que la mayor presión que reciben para el cumplimiento de las normas ambientales provienen de ONG´s, mientras que un importante 47% declara que las presiones vienen de su propia Corporación.
En resumen, la encuesta publicada con algo de retraso, pero pulcramente editada aporta interesante material para el diseño de políticas macro económicas de aliento a la preservación del medio ambiente. Esperamos que estos sondeos se amplíen también para conocer las percepciones de otros sectores y en otras áreas. Por ejemplo ¿Qué percepción tienen los consumidores de GLP sobre la labor del OSINERG? ¿Cuál es el nivel de consulta al Facilito? o ¿Qué piensan las envasadoras de GLP sobre la labor del OSINERG? En todos los casos conocer y publicar son buenas recetas.
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