Escrito por Econ. César A. Bedón Rocha
Ex Decano CEL 2010-2011
El 8 de abril de 1965 (hace 58 años), el ex Presidente de la República Fernando Belaunde Terry ordenó la publicación y cumplimiento de la ley 15488, conocida como la Ley del Economista, mismo año en que surgió también la más importante experiencia guerrillera peruana de esa década, organizada por el MIR, bajo el liderazgo de Luis De la Puente Uceda. El PBI había crecido a un promedio anual de 5.7% en la década.
Poco antes, mediante Ley 15173
del 9 de octubre de 1964 se había creado igualmente el Colegio Médico. Al año
siguiente el mismo ex Presidente Belaunde aprobó la ley 16053 ley de ingenieros
y arquitectos ordenándose, en todos los casos, la obligatoriedad de contar para
el ejercicio de la profesión con título profesional (no solo el grado de
bachiller), además de la colegiatura y habilitación correspondientes.
En el caso de la ley del
economista, la prohibición es sumamente clara. Solo podrán ejercer la profesión
de economistas quienes posean título profesional siendo obligatoria la
colegiación para el ejercicio legal de la profesión. Esta prohibición continúa
vigente hasta la fecha. Lo más importante de destacar en estas circunstancias,
es que corresponde al Colegio Profesional de Economistas, velar para que la
prohibición se cumpla en el ejercicio público y privado, tal como señala la
ley. Sin embargo, existen colegas que pretenden desconocer la ley y se
enfrascan en gestiones para modificarla, en lugar de luchar para que se respete
nuestra profesión. Se contribuye, de esta manera, a la interesada burla de la
ley habida cuenta de la gran cantidad de bachilleres venidos a Maestrías y
Doctorados sin contar con un título profesional ni mucho menos con una
colegiatura.
En los últimos años hemos visto
con desagradable sorpresa que el número de colegiados se ha reducido aproximadamente
a un 20% del total que ejercen la profesión en el Perú. La ilegalidad como
puede verse es enorme; peor aún existen colegas que una vez colegiados nunca
más mantienen su habilitación. Otros, muchos de ellos, son altos funcionarios
de gobierno que no cuentan con título profesional, pareciendo que esta anomalía
no le preocupa a nadie, menos aún a los sucesivos Decanos y Consejos Directivos
que hemos venido soportando.
Y en cuanto al Colegio de
Economistas de Lima, hemos visto pasar decanos y sus correspondientes consejos
directivos que:
Ø
Excedieron ilegalmente su mandato de dos años (llegándose
a mantener hasta 6 años), y que en nada defendieron la profesión.
Ø
Ocasionaron pérdida patrimonial con la pérdida
de nuestra sede administrativa en la Avda. Colombia (San Isidro).
Ø
Vienen aplicando una amnistía que estuvo vigente
hasta el 2022 y ahora ha sido ampliada hasta octubre 2023, ofreciendo
descuentos de hasta 60%, con la intencionalidad manifiesta de que se sumen a
los votantes en las próximas elecciones del sábado 30 de setiembre, creyendo
que así conseguirán un voto desinformado e inconsciente.
Ø
Se ha dado el caso que las autoridades de
nuestro CEL invitan a profesionales de otras ocupaciones a dar conferencias,
charlas, seminarios, etc. sobre temas que son de estricta atribución de los
economistas o presentando a economistas no colegiados ni hábiles. Es así como en
la celebración del día del economista este año invitaron a presidir el evento al
Sr. Congresista Carlos Anderson Ramírez presentándolo inmerecidamente como
Economista y haciéndole público reconocimiento como tal profesional, que no lo
es.
Ø
Con la apertura del proceso eleccionario, bajo
la tutela de la justicia peruana, se empiezan a barajar nombres de
“personalidades” que podrían alcanzar el Decanato en la justa electoral. Se
trataría de desconocidos, faltos de roce profesional y académico que incluso
han hecho del CEL un anexo de sus negocios educativos.
Ø
Recientemente viene circulando la invitación de
un conocido colega para que apoyemos su candidatura al Decanato, presentándola
como un “Movimiento para un CEL Renovado y Fortalecido”. Como candidato señala
haber estado reflexionando
“profundamente sobre la dirección que nuestro colegio ha tomado en los últimos
años”, sin decirnos cuál es el resultado de esa reflexión sobre una gestión en
la que el mismo ha estado involucrado.
Ø
En esta situación, me permito hacer las siguientes preguntas
a nuestros potenciales candidatos a Decano CEL, las que espero sean atendidas
en el proceso electoral:
· ¿Quiénes efectuarán una ardua defensa
profesional de la ley del Economista en los ámbitos público y privado?
· ¿Quiénes se ocuparán de la especialización de
los colegas recientemente colegiados con instituciones independientes y de elevado
prestigio?
·
¿Quiénes tienen la calificación necesaria para
presentarse ante los medios de prensa y llevar nuestra opinión especializada en
cuanto debate se haga y que en la actualidad nos tienen excluidos?
· ¿Quiénes respetarán la ley del Economista y no
invitarán nunca más a disertar en nuestro ilustre CEL a personas sin tener
título de Economista, sin estar colegiados o permaneciendo inactivos?
· ¿Quiénes dejarán de promocionar flagrantemente como
Economistas a quienes no tienen tal condición, a pesar de prohibirlo y
sancionarlo nuestra ley?
·
¿Quiénes serán los que “abusen” de la
trasparencia en TODOS los actos de su gestión e informen sobre el manejo
económico día a día? ¿Se acabarán las cuentas bancarias personales?
· ¿Quiénes tienen la suficiente experiencia, roce
internacional y relaciones internacionales para lograr beneficios para el CEL?
·
¿Quiénes lograrán que realmente digamos que
somos un ilustre Colegio Profesional, como empezamos a llamarlo en el 2010?
·
¿Quiénes dejarán de hacer negocios personales
con la capacitación al interior?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario