Este combustible debería ser ambientalmente limpio en
el sentido de tener menores emisiones de CO2, NOx y
particulado que los vehículos a gasolina y diesel. Además de sus ventajas en
limpieza, acceder a su utilización no debería requerir de enormes inversiones
en la construcción de gasoductos para llevarlo a los puntos de consumo;
igualmente la construcción y puesta en marcha de gasocentros debería ser más
económica que sus combustibles alternativos; para los potenciales compradores
de vehículos, adquirirlos debería costar igual o menos que si fueran a
gasolina, sus gastos de mantenimiento mucho menores y el precio de adquisición
en los puntos de venta menor que sus alternativos.
El GLP automotor es este combustible del futuro que
reune todas las características antes mencionadas. Se utiliza mundialmente en
25 millones de vehículos; un total de 5 países cubren el 50% de la demanda
mundial: Corea del Sur, Turquía, Rusia, Tailandia y Polonia; de ellos, Turquía
cuenta con el mayor número de vehículos operando a GLP con cerca de 4 millones
de vehículos, en una población de 75 millones y un PBI Per Cápita superior en
57% al peruano.
En nuestro país, al cierre del año 2015, un total de
270.1 miles de conductores de vehículos han concretado el deseo universal de
tener el combustible del futuro, pero hoy. Este combustible prodigioso, que
supera a todos sus alternativos en limpieza y economía, es el GLP automotor; y
lo tenemos disponible en el Perú desde el año 2006. En 9 años la demanda se ha
multiplicado, como ningún otro combustible automotor, por 4.8 veces. Solo en
los últimos 5 años el crecimiento del número de vehículos convertidos y
operando a GLP ha crecido 13.2% promedio anual. Hoy circulan en el Perú 24.5%
más vehículos a GLP que a GNV.
La acogida inteligente de los conductores de vehículos
a GLP se generó sin apoyo estatal de ningún tipo, sino más bien en una
increíble posición de desaliento para su desarrollo; creció su preferencia por
la publicidad boca/oreja de sus ventajas, situación a la cual se sumo la
promoción de su consumo por 7 años otorgada por el Consorcio Camisea que cobró
solo los impuestos y regalías a los nuevos usuarios durante este período.
Cerca de 850 puntos de venta de GLP en el Perú han
impulsado la atención de la creciente demanda; la cobertura es prácticamente
total en nuestro país, tanto en costa, sierra como en selva. El GLP se da el
lujo de venderse en 74 gasocentros exclusivos (sin GNV) en 10 de sus 25
departamentos (regiones). Toda esta inversión de privados, repito sin ninguna
promoción estatal.
Contribución para revista de la Asociación de Grifos y Estaciones de Servicio del Perú (AGESP)
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